Las 'no fiestas' de Carthagineses y Romanos ya están aquí. Anoche, con la emisión del primero de los cortometrajes que han elaborado para la ocasión los propios festeros, tuvo lugar el pistoletazo de salida para un año marcado por el (maldito) Covid-19.

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Cartagena no viajará esta vez en el tiempo, ni verá levantarse el emblemático campamento de época ni desfilar a tropas y legiones por el corazón del casco antiguo. El pregonero, que iba a ser otro rostro popular de la televisión, tendrá que esperar y tampoco podrá salir la llama sagrada desde Los Alcázares, como estaba previsto, entre otras novedades. La situación actual no aconsejaba desplegar unos festejos que movilizan a tantas personas (más de cinco mil festeros y decenas de miles de visitantes). Todos lo han entendido, pero la ausencia de fiestas presenciales no implicaba una retirada. En absoluto, y de ahí que los festeros hayan trabajado este verano en elaborar unos cortometrajes de calidad basados en los actos oficiales y que serán ofrecidos durante estos diez días.

Es el 'Año de la tregua', como ha sido bautizado, en el que se ha elegido la plataforma de internet para contemplar a Asdrúbal llegar con sus guerreros púnicos a Mastia, donde fundó Qart-Hadast, ciudad en la que contrajeron matrimonio el general Aníbal Barca e Himilce, la princesa íbera que más tarde pediría a la diosa Tanit conocer el destino de su esposa, quien machó con un gran ejército hacia Roma. En el otro bando, los saguntinos volverá a sufrir el dramático final que desencadenó la II Guerra Púnica, acordando los senadores romanos declarar la guerra a Cartago, siendo el joven general Publio Cornelio Escipión quien, tras una privada conversación con su esposa, Emilia Paula, se puso al frente de las legiones para llevar a cabo un desplazamiento relámpago a Iberia, donde en un día conquistó la ciudad que pasó a llamarse Carthagonova tras implantarse la Ley de Roma. En concreto, se ofrecen los hechos que acogió esta tierra en los intensos años que van desde el 223 al 209 antes de Cristo.

Todos estos relatos se ofrecen a través de trabajos audiovisuales que los festeros han grabado con especial ilusión en los mismos lugares de entonces que se conservan en la actualidad para riqueza patrimonial de Cartagena, los cuales servirán para divulgar las fiestas y la ciudad hacia el exterior en los próximos años.

Lo que no se recomienda por parte de la Federación de Tropas y Legiones es que los festeros luzcan en público sus vestuarios de época para evitar que, dada la delicada situación sanitaria en la que nos encontramos, pueda surgir algún brote de contagio en el que figure algún carthaginés o romanos, «lo que supondría un daño letal para las fiestas», explicaron los dirigentes a las tropas y legiones a través de una circular. También se considera que ésta no será la edición XXXI de fiestas, «porque no se pueden celebrar de forma presencial».

Sí se invita a todos los ciudadanos a engalanar sus balcones y fachadas con símbolos festeros para que el espíritu de Carthagineses y Romanos también esté visible a pie de calle. También se ha instalado un cartel de gran tamaño en la valla exterior de la sede federativa de la calle Serreta para que el viandante que lo desee pueda fotografiarse y después colgar la imagen en las redes sociales.

El año 2020 es un paréntesis en la trayectoria de unas fiestas surgidas en 1990 desde el pueblo y que han tenido un crecimiento vertiginoso pese a haberse cruzado en sus camino varias crisis sociales, las cuales han superado, como, a buen seguro, también harán ahora.