El colectivo de pesca artesanal de Cartagena, a través de la Cofradía de Pescadores, organiza una campaña de concienciación en la costa de levante de Cabo de Palos con la intención de que los usuarios de las playas cartageneras respeten el ecosistema natural de la zona. En concreto, los pescadores ponían ayer en marcha la campaña ‘Soy una playa, no un cenicero’, para frenar la proliferación de colillas en la arena.

«Es muy importante que la gente sepa que esas colillas que se entierran en la arena luego terminan en el mar», explica Bartolomé Navarro, presidente de la Cofradía de Pescadores de Cartagena, añadiendo que «una colilla tarda en desintegrarse más de diez años y también puede que se la coma algún pez».

Por ello, los pescadores pasaron toda la mañana de ayer recogiendo colillas en la playa de levante situada frente a la reserva marina de Isla Hormigas, con la que la Cofradía de Pescadores colabora desde el 2016. Cerca de 80 voluntarios pasaron desde primera hora de la mañana y hasta mediodía recogiendo colillas y repartiendo ceniceros a todos aquellos fumadores que estaban vertiendo la ceniza en la arena. «La acogida fue brutal», indica Navarro, «montamos la carpa y aunque al principio había unos treinta voluntarios, poco a poco se fueron sumando más y más personas a la iniciativa, acabamos la mañana con casi 80 personas recogiendo colillas». Los participantes se acercaban a la carpa que la cofradía instaló en la playa. Allí la organización les proporcionaba guantes, mascarilla, una gorra, una camiseta y un recipiente para recoger los residuos.

«Después de la aceptación que ha tenido el proyecto este año, pensamos ampliarlo de cara al 2021. Nos gustaría hacer tres batidas; en junio, julio y agosto», concluye Navarro.

Ampliación de la reserva

La Cofradía de Pescadores anuncia también que «en breve, se ampliará el espacio protegido de Isla Hormigas», un espacio marino que destaca por la proliferación de posidonia y corales que desde hace 25 años está considerado zona protegida. Además, desde hace 4 años, los pescadores cartageneros contribuyen a la protección de la reserva con cinco barcos pertenecientes a la cofradía con los que evitan la pesca furtiva.