Beber en la vía pública se ha convertido en el pasatiempo favorito de los jóvenes en este atípico verano en el que el ocio nocturno permanece clausurado y las medidas de seguridad impiden las reuniones de más de quince personas.

Los adolescentes de las poblaciones costeras llevan desde que comenzó la época estival organizando botellones y quedadas ilícitas hasta altas horas de la madrugada en las playas del municipio. Si el consumo descontrolado de alcohol en plena calle ya es un grave problema de por sí, la situación se complica cuando existe además un alto porcentaje de contagio por covid y de expansión del virus.

El cierre de las explanadas donde la juventud acudía asiduamente otros veranos ha provocado que los chavales se concentren en las calles de Cabo de Palos y La Manga, provocando el malestar de vecinos y empresarios en la zona.

«El botellón no es turismo», aseguran desde la Asociación de Comerciantes de La Manga y Cabo de Palos (ACE), los propietarios afirman que la imagen turística que se está dando es «nefasta» y reclaman que se habilite un espacio seguro para evitar los «daños colaterales» que sufren. «Nos dejan las calles llenas de botellas, bolsas y demás porquería», explica Antonio Plaza, presidente de la ACE.

«Una solución podría ser que se acondicione un recinto donde los chavales puedan disfrutar siguiendo las normas de seguridad contra el coronavirus y se identifique a todos los presentes», explica el representante de los empresarios. «Pero lo que no puede ser es que día tras día nos estemos encontrando chicos a las 8.00 horas de la mañana que deambulan muy perjudicados por la zona e incluso se quedan dormidos en las playas». Plaza asegura que «la Policía Local y el Ayuntamiento hacen lo que pueden, pero necesitamos una solución». Por ello, la asociación se ha puesto en contacto con la Delegación del Gobierno y los empresarios se encuentran a la espera de que la administración les conceda una reunión para acabar con los macrobotellones.

«Somos 90 afiliados y 400 simpatizantes, en total casi 500 negocios que cada día se ven damnificados», insiste Plaza, «además, estamos todos juntos en esto, vecinos y empresarios», recalca. Aunque a principios de verano las concentraciones se producían los fines de semana, en estos momentos las quedadas son «prácticamente diarias», una situación que los comerciantes «no estamos dispuestos a aguantar», concluye Plaza.

Quedadas en las playas

Pero los botellones no solo se están produciendo en la zona de Cabo de Palos y La Manga, durante las últimas semanas también se han popularizado otras localizaciones costeras entre los jóvenes para llevar a cabo estas prácticas. Es el caso de Cala Cortina, donde la Policía Local de Cartagena realizó controles este fin de semana con la intención de evitar aglomeraciones.

«Cuando se van los bañistas acotamos la zona con vallas para evitar que entren coches en la playa ya que hasta Cala Cortina solo se puede acceder en vehículo», explican desde la Policía Local de Cartagena.