La pedanía de Los Camachos atraviesa una crisis en materia de seguridad como consecuencia de una oleada de robos y episodios de inseguridad registrados en las últimas semanas que han alarmado tanto a los vecinos del pueblo, como a los empresarios que regentan algún negocio en el polígono industrial ubicado en la zona.

El primer robo se produjo hace un mes en una empresa dedicada a la importación y exportación de productos de droguería y celulosa, cuya sede se encuentra situada en el polígono industrial de Los Camachos. Los ladrones accedieron a la nave de madrugada, aprovechando que no había nadie en el recinto a excepción de los guardias de seguridad, que no consiguieron evitar la expoliación. Aunque la empresa damnificada ha confirmado los hechos y asegura que tanto la Benemérita como la Policía Nacional están al tanto de la situación y acudieron al recinto para comprobar el estado en el que se encontraba la nave tras el suceso, los propietarios rechazan hacer más declaraciones y prefieren que sean los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad los que «investiguen para comprobar lo que ha pasado».

Tres semanas más tarde, se producía un segundo asalto en el polígono industrial. En este caso los ladrones accedían a través de un butrón en la puerta de emergencia al restaurante 'El Gato'. Pilar Pérez, que regenta el local junto a su marido, explica que los tres individuos «se llevaron de todo; dinero en metálico de la caja, lotería, el contenido de la máquina tragaperras y también el de la máquina de tabaco». Los asaltantes entraron al bar cerca de las 23.00 horas y salieron «casi a las 3.00 de la mañana», relata la copropietaria del local. Gracias a las cámaras de seguridad ubicadas en el interior del negocio Pérez y su esposo pudieron comprobar junto a la Guardia Civil cuál había sido el modus operandi de la banda. «Primero fueron a la caja registradora, la vaciaron, también cogieron la lotería y posteriormente forzaron la máquina tragaperras para sacar el dinero de la máquina de tabaco, además del metálico se llevaron los paquetes que quedaban en el interior. Luego fueron a mi despacho a hacer recuento del botín aprovechando que allí no hay cámaras», prosigue.

A continuación, los tres hombres se dirigieron al cuarto de baño e hicieron un orificio en la pared, que comunica con la gasolinera anexa al bar. Aunque sí que accedieron al área de servicio «no robaron nada», tal y como explica Antonio José Pérez, propietario del establecimiento. «Aún así, estamos poniendo una alarma nueva porque no me fío, mis empleados abren a las 6.00 horas de la mañana, vienen solos y tienen miedo».

Los vecinos de Los Camachos también temen que la oleada de robos llegue al pueblo: «Hace unas semanas tuvimos que echar a otras tres personas que querían ocupar una propiedad abandonada», explica el presidente de la Asociación de Vecinos, Ginés Egea.