Los propietarios de Villa Caravaning se manifiestan contra la administración que regenta el camping, situado a pocos kilómetros de La Manga del Mar Menor. La propiedad, está dividida en diferentes parcelas de las más de 2.000, en torno a la mitad pertenecen a los usuarios que cuentan con un terreno en propiedad, mientras que el resto los regentan desde el propio camping, que alquila a turistas las parcelas restantes.

Los vecinos aseguran que ahí empieza "el problema". Según los propietarios existe un "trato preferencial" a los inquilinos que contratan un servicio temporal y alquilan un bungalow o una parcela mientras que los propietarios se convierten en "residentes de segunda".

Alrededor de cincuenta vecinos, se concentraban esta mañana a las 10.30 horas frente a la puerta de Villa Caravaning en grupos de menos de quince personas -por motivos de seguridad- y recorrieron en fila y manteniendo las distancias el camping del Mar Menor durante media hora. Seguidamente se dirigieron a una zona arbolada ubicada frente a la iglesia del recinto donde Juan García, presidente de la Asociación de Vecinos Villa Caravaning, comenzó a enumerar megáfono en mano, todas las "deficiencias" recogidas por los propietarios.

"Nos quitan los servicios", sentenciaba el representante vecinal. "Las calles de los propietarios están sucias, el servicio de limpieza deja mucho que desear. Sin embargo, la zona de los bungalows que alquila el camping está impoluta", recriminaba a la administración. Los propietarios, que escuchaban atentos a García, asentían con la cabeza y secundaban lo que el presidente recitaba durante su intervención. "En los presupuestos de este año, se aprobaron mejoras en las pistas deportivas, más mobiliario de juego infantil y cámaras de vigilancia, pero no han hecho nada", continuaba.

"Hay una zona enorme con atracciones de agua, quiosco y demás. Pero nuestros niños no pueden pasar, les tienen prohibido el acceso porque dicen que es un servicio adicional y quieren que paguemos más, ya pagamos 266 euros de cuota trimestral y mira para lo que sirve", señalaba Dolores Martínez, vecina del camping. "Mis nietos tienen que ir a comprarse las chucherías al bar del camping, y acercarse a la barra, que es un foco de infección y está lleno de gente fumando y bebiendo", proseguía Martínez.

Además, los vecinos destacan la falta de higiene, que está ocasionando plagas en las parcelas. "No hay limpieza", insiste Fina Larosa señalando varios envoltorios en el suelo, a lo que José Torres, otro propietario añade : "esto es vergonzoso". Según señala el representante vecinal "este año hemos tenido plagas de musarañas, ratones y ratas. El camping dice que las han erradicado pero nosotros seguimos viendo ratones correr por las puertas de nuestras parcelas".

A los vecinos también les preocupa la "falta de seguridad" en relación con las medidas de prevención establecidas para evitar rebrotes de coronavirus. "La gente se pasea por el camping sin mascarilla y aquí nadie les dice nada", expone Teodosio de Juana. "Además, en las actividades infantiles la monitora va sin mascarilla y los niños también, los vemos a diario", añade.

Los propietarios aseguran que a pesar de la prohibición del ocio nocturno en la Región y la limitación a quince personas en reuniones, por las noches "se hacen fiestas donde no se respetan las distancias y hay más de treinta personas".Parcelas abandonadas

Además de la falta de salubridad en las zonas comunes, algunos vecinos conviven con parcelas en ruinas repletas de basura, maleza e incluso escombros. Es el caso de Ascensión Checa y Águeda Mayo, vecinas del camping desde hace treinta y siete años.

"¿Tú te crees que hay derecho a esto?", pregunta Checa mientras señala a la propiedad abandona que hay frente a su parcela. "Si es que no se entiende, pagamos para ellos y nos tienen en unas condiciones pésimas", insiste Mayo. "La parcela era de unos señores mayores que ya están fallecidos así que sus hijos se la vendieron al camping", explican las vecinas.

Ladrillos, basura, tuberías rotas, ropa, zapatos y hasta una motocicleta oxidada son algunos de los objetos que a simple vista se divisan desde fuera de la propiedad. "No sabes la de peste que se nos mete. Además, que esto es peligroso, ayer mismo habían cinco niños que no tendrían más de ocho años jugando dentro, si se caen podemos tener una desgracia", replica Mayo. Las vecinas reclaman a la administración del camping que, además de las peticiones que ya han trasladado el conjunto de los vecinos, "pongan remedio y limpien estos solares".

La administración responde

Desde la dirección del camping, desmienten rotundamente las afirmaciones de los vecinos y aseguran que la limpieza es "rigurosa".

María del Mar Martínez, directora de Villa Caravaning asegura que "contamos con seis personas contratadas que higienizan a conciencia las zonas comunes del camping a diario", añadiendo que "no existe diferencia alguna entre la zona de clientes y la de propietarios, pero en la zona de alquiler hay mucha menos afluencia de gente, algo que también influye".

Del mismo modo, Martínez explica que "en ningún momento han querido reunirse conmigo para trasladarme sus demandas, fui yo la que tras conocer la convocatoria de la manifestación intentó ponerse en contacto con ellos".

Asimismo, la directora lamenta que "en unas circunstancias tan delicadas como las que estamos viviendo a causa del coronavirus, no se haya intentado agotar la vía del diálogo y se ponga en peligro a todos los usuarios de camping", algo que Martínez tacha como "una irresponsabilidad".

De igual manera, asegura el que el camping cumple "con todas las medidas sanitarias correspondientes" para evitar contagios en el recinto. "Ya hemos superado con éxito siete controles de Sanidad durante los últimos meses", insiste.

Martínez también explica que las parcelas ubicadas en la zona de propietarios que compra la administración del camping "pasan por un proceso de higienización", pero que es precisamente para evitar problemas de salubridad por lo que adquieren dichos terrenos.