Envuelto en un ambiente de crispación y riguroso silencio amanecía ayer el barrio cartagenero de Los Mateos. Algo que contrastaba, y mucho, con la estampa que se podía divisar: cientos de agentes de la Guardia Civil con la colaboración de la Policía Local de Cartagena, repartidos por las calles y preparados para actuar en una de las macrorredadas de mayor envergadura de los últimos años en la Región.

Una compleja operación en la que se realizaron una treintena de registros tanto en garitos como en domicilios particulares donde los agentes sospechaban que se estaba comercializando con estupefacientes. Aunque el grueso del operativo se encontraba en Los Mateos, la Guardia Civil también intervino en los barrios de Santa Lucía y Las Seiscientas, así como en los municipios de Torre Pacheco, Mazarrón y La Unión.

Hasta allí se trasladaron alrededor de 400 guardias civiles procedentes del Grupo de Reserva de Seguridad (GRS), de Valencia y Madrid, así como la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (USECIC) y la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Compañía (USECICO), con agentes de diferentes puntos de la Región de Murcia.

A rostro cubierto y armados, los efectivos esperaban pacientes a desmantelar los últimos garitos

-y los más complicados- en Los Mateos a las ocho de la mañana tras una noche «dura y sin descanso», tal y como relataban los propios agentes que comenzaron con la operación a las dos de la madrugada del lunes y que habían pasado más de seis horas registrando inmuebles.

Por las calles del barrio, que se encontraban prácticamente vacías de ciudadanos a excepción de algunos curiosos que se asomaban hasta las inmediaciones del operativo, no paraban de bajar coches de policía, furgonetas y vehículos blindados -algunos con detenidos en su interior-, sin duda una estampa insólita y que no dejaba indiferente a los vecinos que observaban atónitos desde sus ventanas.

Hasta el centro del operativo también se trasladó una ambulancia que recogió del interior de uno de los domicilios a un herido que salió en camilla del inmueble a causa de una rotura de tobillo, según comentaban los efectivos por una caída producida en un intento de huida. Y es que, cuando algunos de los sospechosos se percataron de la presencia policial intentaron saltar por una ventana en un intento fallido de escapar.

Después de varias horas custodiando las viviendas, idas y venidas de vehículos y mucho movimiento, culminaba la operación. Más de veinte agentes accedieron al interior de la última de las viviendas a intervenir, de la que finalmente salieron los cuatro últimos detenidos por la Guardia Civil.

De esta manera, llegaba a su fin una «intensa» operación que duró más de diez horas y en la que se detuvo a un total de 28 sospechosos. Durante los registros, la Benemérita no esperaba encontrarse «tal cantidad de armas». Y es que, además de una gran cantidad de diferentes drogas: cocaína, heroína, cristal, hachís y marihuana, la Guardia Civil ha requisado varios vehículos, una decena de armas de fuego y 300.000 euros en metálico repartidos en los más de treinta bajos intervenidos durante la madrugada y la mañana del martes en un Día de la Región muy movido.

Tras la resolución del operativo, los detenidos han sido trasladados al Muelle de Santa Lucía, donde se encuentran las inmediaciones del Servicio Fiscal de la Guardia Civil. Los sospechosos fueron trasladados en dos autobuses y cuatro furgones hasta diferentes calabozos repartidos por la Región a la espera de pasar a disposición judicial durante la jornada de hoy.