En estos días se conmemora el 125 aniversario del fallecimiento del inventor Isaac Peral. En su ciudad natal, Cartagena, su huella sigue muy presente gracias a que sus restos descansan allí, su submarino está expuesto en el museo Naval de la ciudad e incluso hay un barrio, el Barrio Peral, que lleva orgullosamente su nombre desde 1889. Pero, ¿cuál es el recuerdo que se tiene del insigne marino fuera de Cartagena?

Su bisnieto y biógrafo, Javier Sanmateo Isaac Peral, señala que a nivel nacional se podría dar una respuesta ambivalente de sí y no porque «muchos españoles han estudiado su figura en el colegio como inventor del submarino, pero hay un cierto desconocimiento en cuanto a los detalles de su vida». Sanmateo cree que esto pasa con otras muchas figuras históricas de nuestros país, sobre todo con las relacionadas con la exploración, la ciencia y el desarrollo.

Según su descendiente a Isaac Peral le gustaría ser recordado como inventor, más que como marino o ingeniero y quizás es porque «si el proyecto del submarino no hubiera sido cancelado y desmantelado, la historia de España y del mundo hubiera podido ser muy distinta, ya que si hubiera prosperado, España hubiera contado con una flota de estos artilugios a finales del siglo XIX».

Para Sanmateo, la clave de por qué el submarino no fue apreciado por las autoridades de la época hay que buscarla «en una serie de elementos que estaban al servicio de potencias extranjeras como el Reino Unido, a las que no interesaba de ninguna forma que España contara con el submarino, por lo que hicieron todo o posible para tumbarlo, y lo consiguieron».

Respecto a la existencia de nuevos datos sobre el inventor cartagenero, tras muchos años de investigación, Javier Sanmateo cree que «quedaría por saber si en los archivos de los servicios secretos de Estados Unidos o del Reino Unidos hay información sobre la invención del submarino que pudieran aportar nueva información sobre lo que sucedió».

El nombre de Isaac Peral pronto estará de nuevo asociado a un submarino, ya que el primero de los S-80 que está terminando Navantia va a estar dedicado a él. Javier San Mateo señala que no será la primera vez que ocurra, porque «ha habido otros submarinos en la historia de la Armada española que han llevado este nombre. El primero fue botado en 1915».

En Cartagena, en el callejón de Zorrilla, se conserva la casa donde nació Peral en 1851. Esta es propiedad del Ayuntamiento desde hace tiempo y la idea era convertirla en un museo dedicado a la figura del inventor, pero por ahora el proyecto está parado. Su bisnieto espera que se retome aunque entiende «que ahora la situación es complicada». Aún así, espera que llegue «a buen puerto».

Desde las primeras pruebas del submarino ha habido un sinfín de objetos dedicados a la figura de Isaac Peral, desde abanicos a cajetillas de cigarrillos pasando por botellines de cerveza. «Incluso llegó a haber un proyecto de billete, pero finalmente nunca se realizó», cuenta Javier San Mateo.

La figura de Peral y de su submarino lleva asociados muchos datos probados pero también otros que forman parte de la leyenda, como aquel que afirma que, «cuando se dio la orden de desmantelar el invento para evitar que los secretos del aparato de profundidad que eran el alma del submarino cayeran en manos de otros países, un delineante y segundo de máquinas, de apellido Barbudo, cogió un martillo y lo machacó, contraviniendo la orden de la Marina que era la propietaria de todo». Cuenta el descendiente que aunque ha intentado autentificar este hecho no ha encontrado datos oficiales que avalen qué sucedió realmente.

125 años después de su muerte, el cartagenero Isaac Peral bien podría decir que ha ganado a todos aquellos que, por diversos motivos, pusieron piedras en su camino y que su recuerdo, al contrario que su submarino, es y será insumergible.