Todo comenzó cuando un joven agente que estuvo trabajando esta semana llamó ayer por la tarde para explicar que tenía mucha fiebre, un síntoma compatible con el coronavirus, pandemia que ha segado la vida de más de un centenar de personas en la Región. Así, todos los policías que trabajaron con él fueron mandados a sus casas. En cuarentena, explican fuentes cercanas al caso.

Al menos una decena de efectivos de la Policía Local de Cartagena no podrán trabajar y se encuentran en aislamiento, a la espera de los resultado que indiquen si su compañero, un joven en prácticas, tiene el virus.

Agentes afectados denuncian desde sus casas, donde cumplen la cuarentena, que todo ha sido consecuencia de una "pésima gestión interna", en la cual no se han controlado los turnos ni compartimentado las salas de las dependencias policiales. Lo más duro para estos policías es que, hasta que no se conozca el resultado de la prueba del joven, ellos permanecen llevando especial cuidado a la hora de relacionarse con su propia familia, por precaución.