La asociación Marchamalo cuyo objetivo es proteger, conservar, investigar y difundir el patrimonio natural y cultural de los espacios litorales del Sureste, ha alertado sobre el estado del emisario de Cala Reona, en Cabo de Palos, pero no solo por los daños medio ambientales que está generando al estar roto, sino porque durante su eventual reparación se podrían dañar los restos de un barco tardo romano hundido alli hace cientos de años.

Según el presidente de este colectivo, David Munuera, la rotura del emisario y los consiguientes vertidos de metales pesados, plaguicidas y nitratos en esta zona es un tema que se lleva arrastrando desde hace varios años y al que que poner solución aunque recuerda que en la inmediaciones hay muchas minas abiertas que también pueden estar aportando estos elementos contaminantes

Con todo, también les preocupa que, y por eso quieren ponerse en contacto con la Comunidad, en caso de que se acometa la reparación, no se tenga en cuenta la presencia en la inmediaciones de un barco romano hundido y que fue datado en su momento en el siglo V después de Cristo.

David Munuera explicaba que "en el momento de la construcción del emisario se desvió el trazado original del mismo para no dañar el pecio".

A este colectivo le gustaría poder hacer próximamente una prospección para comprobar el estado de los restos ya que se consideran muy importantes dentro del contexto de la arqueología del mediterráneo.