El ayuntamiento de Cartagena comenzó hace unos días los trabajos para cerrar los accesos al abandonado residencial 'Los Naranjos' de La Palma.

Tal y como ha venido contando LA OPINIÓN en las últimas semanas, los vecinos estaban hartos de las amenazas y escándalos que sufrían por parte de los okupas que se habían adueñado de las casas. También se ha tenido en cuenta que, debido al abandono, la zona se estaba convirtiendo en un foco de insalubridad con una cantidad «importante» de basura.

Ahora el Consistorio está tabicando puertas y ventanas de las viviendas para evitar la entrada de intrusos y estudia cerrar el cruce que permite la entrada en la calle salón donde se encuentra el residencial.

El teniente de alcalde, Manuel Padín, visitó ayer las obras para hablar sobre el plan de acción a seguir, que también contempla levantar un muro que impida el acceso a la calle y aumentar asimismo la altura de los muros traseros de las viviendas. El edil también valora instalar una valla metálica de seguridad en vez del muro exterior que permitiría ver si alguien accede a la urbanización; una propuesta que se estudiará debido a su menor coste y sus ventajas de seguridad.

El presidente de la asociación de vecinos de La Palma, José López, señalaba que no se van a poder tapiar todas las viviendas ya que, en al menos dos de ellas, viven familias con menores de edad, por lo que tendrán que intervenir los Servicios Sociales del Ayuntamiento. López esperaba que los trabajos se hicieran con celeridad, ya que tras la jornada del primer día, los okupas trataron por la noche de derribar a golpes los tabiques recién colocados, aprovechando que el cemento todavía no había fraguado.

El problema de viviendas abandonadas y okupadas no se circunscribe sólo a este residencial. El Ayuntamiento ya ha sido informado de que existen otras viviendas en la calle Ébano que están siendo okupadas y que necesitan también una actuación municipal.

En este sentido, Manuel Padín afirmó que desde el Consistorio se estudiará esta posibilidad para garantizar la seguridad y la salubridad de estas casas y velar por la seguridad de las personas que viven en las cercanías y que sufren el problema en primera persona.