El que parte de su estructura esté por debajo del nivel del mar, quizá para hacer honor a su nombre de Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqua), le ha jugado una mala pasada a esta institución cultural.

Fuentes del ministerio de Cultura y Deporte consultadas por LA OPINIÓN señalaron que el Museo comenzará unas obras a finales de mayo o principios de junio para solucionar los problemas existentes en el sistema de drenaje que han ocasionado estas filtraciones de agua en el interior del edificio. Dichas fuentes aseguraron que «los problemas detectados no han puesto en riesgo en ningún caso la colección permanente ni han impedido el funcionamiento normal de este museo», que es un referente europeo en el ámbito de la arqueología subacuática. Además, el Ministerio ya cuenta con un plan de protección y traslado de las obras que se vean afectadas por los trabajos.

La intervención propuesta por la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos de Cultura permitirá dejar registrables las tuberías de drenaje y facilitará su limpieza mediante labores periódicas de mantenimiento que se llevarán a cabo desde el propio museo.

Esta solución, adoptada tras valorar más opciones, es definitiva y se eligió por ser la única alternativa que garantizará la eliminación permanente de los problemas de obturación de las canalizaciones que causaban las filtraciones de agua.

Las obras previstas contemplan también la limpieza de las canales perimetrales y de las tuberías empotradas en la losa de cimentación, la reposición de zócalos, la canalización de las filtraciones y el sellado e impermeabilización exterior al pie de las fachadas. La licitación fue publicada el pasado 5 de diciembre de 2019, con un presupuesto de 279.478,84 euros y el plazo de ejecución es de cinco meses.

Hay que recordar que los terrenos donde se sitúa el museo están ganados al mar y que esta fue zona de tráfico portuario. El Arqua se asienta en un edificio de nueva planta inaugurado en 2008, según el proyecto de Guillermo Vázquez Consuegra.