A juzgar por el buen estado de las decenas de plantas que tiene en el porche cualquiera diría que quien allí vive es propietario o está de alquiler, pero no. La persona que reside en esa casa, una vivienda tipo dúplex del residencial Los Naranjos de la diputación de La Palma, es -según denuncian vecinos de la zona- un okupa, y lo hace desde hace unos cuatro años. En el patio de entrada tiene colgados una matrícula de Andalucía y un espejo convexo que le permite ver desde la ventana -revestida con cristales improvisados, sin fijar- quién accede a la vivienda. Junto al espejo, dos puertas: la principal y otra que da a una habitación exterior. Ambas están cerradas a cal y canto con varios candados gruesos.

La casa está en la calle Ébano. A su lado hay varias del mismo residencial que se encuentran en una situación similar, aunque algunas de ellas parecen, a simple vista, deshabitadas y abandonadas por el estado de las persianas -la mayoría rotas- y la suciedad de los patios, pero en la puerta sí hay coches aparcados.

En la vía Antonio Serrano, la perpendicular, más transitada que la anterior, las viviendas están completamente abiertas y se puede ver lo que hay más allá de la pequeña tapia sin necesidad de asomarse al interior: paredes desquebrajadas y con pintadas, azulejos arrancados y diferentes objetos -desde un andador para bebés o un colchón hasta docenas de litros de zumo vacíos y escombros- por el suelo. No obstante, hay otras viviendas que están en peor situación, las de una calle cercana que no tiene salida. Las habitaciones, a las que se puede acceder sin problemas pues no hay puertas, acumulan cables, cristales rotos, kilos de basura y restos de hogueras. De hecho, una de las viviendas se quemó hace unos días, según explican residentes de la zona.

«Tenemos mucho miedo. Por aquí no se puede pasar por la noche», dice una vecina que vive muy cerca. Denuncia que es habitual escuchar «escándalos» y observar «un constante trasiego» de gente que entra y sale de las casas, especialmente jóvenes. Otro vecino asegura que ha informado de este caso al Ayuntamiento, la primera vez en 2016, pero «no han hecho nada». «Se van unos okupas y entran otros, y quien puede y debe actuar no lo hace», lamenta.

Desde hace varios años el grupo de Facebook de la Agrupación de La Palma lleva denunciando la situación de inseguridad en la pedanía, que el verano pasado sufrió una oleada de robos y atracos.

«No han hecho nada»

El actual concejal de Sanidad, Manuel Padín, fue uno de los políticos más críticos con el anterior Gobierno por no actuar con contundencia en esta manzana. Ayer, consultado por LA OPINIÓN, indicó que su área está en contacto con Vía Pública para ver qué se puede hacer con los accesos al residencial abandonado. «Cerrar aquello de alguna forma para evitar que accedan okupas y para que no se depositen basuras que se acumulan y generan un foco de insalubridad». Además, añadió que desde el Consistorio se está intentando localizar al propietario, «pero esto es complicado por la situación de la urbanización».