Cartagena Piensa celebrará mañana, a partir de las 18 horas, en el local social de Los Mateos, una iniciativa para que el barrio de Santa Lucía conozca cómo se interpreta el Día de los Difuntos de la tradición cristiana en otras culturas.

Para ello María del Carmen Solano-Báez, doctora en Sociedad, Desarrollo y Relaciones Laborales por la UMU, llevará a cabo el taller 'Recordando a nuestros difuntos con otras miradas'.

Alrededor de la elaboración de un altar de muertos, parte fundamental de los tradiciones mexicanas, los participantes se introducirán en las formas de recordar a los difuntos de otras culturas. Será una oportunidad para entender las diferentes visiones, generaciones y culturas que conviven en los barrios.

Simultáneamente se realizarán actividades para los niños a cargo de la Asociación Concientizarte.

Sobre Los altares de los muertos

Según la tradición, las almas de las personas que han muerto vuelve a visitar a su familia el Día de Muertos. Por eso, los mexicanos esperan su visita con todo lo que le gustaba al difunto y construyen un altar lleno de flores en el que dejan cigarrillos, chocolate, dulces, tamales, caldos y también tequila.

Al final de este día, los alimentos no tienen sabor porque el alma del muerto ha venido y se ha llevado su esencia. El lugar donde se coloca el altar se tiene que barrer con hierbas aromáticas un día antes y los familiares esperan despiertos durante toda la noche al espíritu de su muerto, que bajará para disfrutar de su ofrenda.

Una de las partes más interesantes de esta celebración es la unión de la religión católica y las culturas prehispánicas. Hace 3.000 años, mucho antes de la llegada de los españoles, algunas etnias indígenas celebraban rituales en honor a la vida de sus antepasados en el Día de Todas las Almas. En el siglo XVI se unieron las dos celebraciones y empezaron a celebrar el Día de Muertos.

En 2003, la UNESCO definió el Día de Muertos como“una de las expresiones culturales más antiguas y de mayor fuerza entre los grupos indígenas del país”, y por eso declaró la celebración como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Sobre la ponente

María del Carmen Solano-Báez es originaria de Puebla (México), doctora en Sociedad, Desarrollo y Relaciones Laborales por la Universidad de Murcia e Investigadora del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural en Zautla, Puebla, México.