Hostecar espera que la ordenanza de ruidos salga adelante el próximo mes de septiembre, antes de las Fiestas de Carhagineses y Romanos, tras varios intentos fallidos en los que la patronal y el Ayuntamiento no se ponían de acuerdo en puntos que son «fundamentales» no solo para la hostelería, sino también para el desarrollo de la ciudad, como la propuesta municipal de prohibir la música en los chiringuitos o el rechazo a la apertura de pubs y discotecas en calles del casco urbano de menos de seis metros.

Los hosteleros se reunieron hace unos días con la responsable de Ciudad Sostenible, Cristina Mora, que se comprometió a recoger las aportaciones del sector con el fin de que el nuevo texto de la ordenanza entre en vigor a la vuelta del verano.

Otro de los escollos que la patronal desea desbloquear es el convenio colectivo de la hostelería, que actualmente se encuentra paralizado.