Después de una sentencia que condenó al Ayuntamiento de Cartagena por capturar gatos callejeros, la abogada Raquel López explica la responsabilidad que tienen las administraciones con estas colonias.

Raquel López Teruel es abogada en ejercicio durante casi 15 años y actualmente jurista, bloguera y formadora especializada en derecho animal. También dirige la entidad de formación especializada en derecho animal Deanimals, en la que se imparten cursos online presenciales y semipresenciales que son pioneros en España.

¿Por qué son importantes las colonias de gatos ferales en ciudades como Cartagena?

Porque los gatos son seres vivos, seres sintientes. En el caso de los gatos ferales además cumplen una función social, como la de evitar que nos invadan plagas de ratas, ratones, cucarachas, etc. Además, hacen compañía a personas mayores que viven solas. Yo misma he visto a personas mayores acariciar a gatos ferales o simplemente mirarlos, ver qué están bien e incluso preocuparse por ellos.

Cuatro Gatos ganó una sentencia pionera al Ayuntamiento por seis gatos ferales recogidos por la perrera municipal. ¿Qué supone esto?

El reconocimiento de un juzgado de que las protectoras de animales tienen derecho a que se les trate con respeto en la Administración Pública y que se respeten tanto los derechos de las asociaciones como de los animales.

El juez, en su sentencia, tachó de grosera la vulneración del procedimiento administrativo sancionador iniciado y por tanto, también fue nula desde el punto de visto legal la orden de capturar a gatos ferales. Los gatos ferales tienen derecho a la vida y a ser cuidados y tratados con respeto.

¿La Justicia protege este tipo de colonias?

Sí. Hay ya dos sentencias en España en las que se ha condenado a ayuntamientos en materia relacionada con colonias felinas. El primero fue el Ayuntamiento de Madrid, que fue condenado por sancionar ilegalmente a alimentadores de colonias felinas. El segundo ha sido el de Cartagena, por el caso mencionado anteriormente. El código penal protege a los gatos ferales en sus artículos 336, 337 y 337 bis. Por tanto, cualquier persona que envenene a un gato puedes ser denunciado por delito.

¿Por qué no se les puede tratar como si fueran mascotas, a nivel administrativo?

Porque son gatos poco sociabilizados, acostumbrados a vivir en libertad. Y difícilmente a un gato feral se le puede capturar anualmente para hacerle el mismo tratamiento de vacunas que al gato de compañía. Además, en España estamos libres de la enfermedad de la rabia durante más de 30 años. Por tanto no podemos pedir los mismos requisitos a nivel administrativo a un gato feral que a un gato doméstico. El gato casero sí debe tener su vacuna de rabia cada año. Y tampoco podemos pedir a nivel administrativo que un gato feral esté encerrado en una perrera porque por su carácter no sociable puede conllevarle la muerte al verse encerrado y estresado.

¿Qué aspectos hay que tener en cuenta para 'legalizar' una colonia?

La normativa actual, como la ley de protección animal de la Región de Murcia; el código penal, que protege a todos los animales que dependan de su subsistencia de la mano del ser humano; la jurisprudencia; las normativas autonómicas y municipales de protección animal; un dictamen que hay sobre esta materia de Enrique Alonso; y las jornadas de protección felina en el Congreso.

Al margen de los gatos, ¿las leyes están suficientemente preparadas para proteger a otros animales, como los perros?

Las leyes sí, aunque siempre pueden ser mejorables. Las condenas por delito de maltrato animal, abandono y por uso de venenos deberían ser mayores de dos años y por ende, la pena de prisión siempre sería obligatoria.

¿Por qué considera necesaria la formación sobre colonias felinas, maltrato animal y otras áreas del derecho animal?

Porque solo con la formación podemos defender con seguridad nuestros derechos. Yo he conseguido salvar más de 600 animales legalmente de casos crueles de maltrato animal simplemente por estar formada y especializada en derecho animal. Pero lo mejor es cuando veo cómo mis alumnos están consiguiendo legalizar colonias felinas, formar a sus políticos, a agentes de la autoridad y a compañeros de protección animal.