La restauración de los más de doscientos molinos que hay en el campo de Cartagena marcha viento en popa, aunque el proyecto queda a expensas del resultado de las elecciones municipales y del planteamiento que ofrezca el futuro gobierno. Desde la Asociación por la Defensa del Patrimonio (Adepa) establecen tres prioridades para rehabilitar estos bienes culturales: recuperar aquellos que estén en peores condiciones, que sean económicamente viables, y que en el futuro se puedan mantener gracias a los colectivos vecinales. «De nada sirve restaurar los molinos si no se conservan», apuntan desde Adepa.

Para hablar sobre el Plan Director y sobre la evolución de la rehabilitación de los molinos, la Asociación por la Defensa del Patrimonio ha organizado una tertulia dedicada a esta cuestión el próximo 7 de junio, con la presencia de especialistas y de los arquitectos que han dirigido el proyecto de reconstrucción de los molinos de viento. La cita iba a tener lugar el pasado sábado, pero se aplazó con motivo de la campaña para las elecciones municipales. Por el momento, tanto el PSOE como Podemos se han puesto en contacto con Adepa para respaldar su documento. Ciudadanos también tendió su mano a la recuperación de los molinos, aunque sin una reunión formal hasta la fecha. «El resto de partidos no se han dirigido a nosotros, pero tampoco podemos obligarles», señalan.

Por el momento, el Ayuntamiento ya ha acometido la rehabilitación del Molino del Monte Sacro, en el centro de la ciudad, y el Molino de Las Piedras, en el barrio de Los Mateos. La Asociación por la Defensa del Patrimonio detalla que se han producido algunos errores en su rehabilitación: «El Molino del Monte Sacro es un molino harinero y se ha restaurado como un molino de viento del Campo de Cartagena». En cualquier caso, creen que se trata de un detalle, basado en la diferencia entre las aspas, que podrá corregirse en un futuro.

La intención del Ayuntamiento y de Adepa es apostar por el mantenimiento de los molinos. El concejal David Martínez quiere que se organicen visitas o exposiciones, mientras que la asociación propone que sean los propios colectivos vecinales quienes colaboren con su conservación, «porque si no, dentro de diez o quince años tendremos que volver a restaurarlos». El actual equipo de gobierno está de acuerdo con esta propuesta, y cuando se constituya el nuevo Ejecutivo local se sentarán de nuevo para ver cuáles son los prioritarios para 2020.

A medida que han ejecutado el proyecto, la administración se ha encontrado con dificultados para restaurar molinos de propiedad privada. En esos casos, aplican la 'flexión de uso', que consiste en que el propietario ceda el terreno durante un año para que el Ayuntamiento lo arregle y lo ponga en valor. «En el caso de un molino que sea muy importante, si el propietario se niega, la administración tendría que tomar alguna medida, pero vamos a empezar por aquellos en los que podamos actuar por las buenas», aclaran.