Dos meses. Ése es el tiempo que queda al Banco de Alimentos de la Región de Murcia, ubicado en el polígono industrial Cabezo Beaza de Cartagena, si nadie consigue evitarlo. El presidente de esta ONG en la ciudad, Enrique García, hace un llamamiento «urgente» a toda la sociedad cartagenera para evitar la desaparición de esta organización. En la actualidad distribuye comida para unas 15.000 personas, desde Águilas hasta San Pedro del Pinatar, incluyendo a todos los municipios de la comarca del Campo de Cartagena.

La situación económica que atraviesa el Banco de Alimentos es del todo insostenible. Y se ha ido complicando de forma progresiva durante los últimos meses. El responsable explica que, hasta ahora, la nave que ocupan junto a Parque Mediterráneo era una cesión gratuita que han disfrutado durante muchos años, pero los propietarios no pueden mantener esta situación y, ahora, le solicitan un alquiler de 2.800 euros. «No podemos hacer frente a ese importe, y debemos dejar la nave dentro de dos meses. No tenemos a donde irnos», subraya.

A consecuencia de este problema, la viabilidad económica de este proyecto solidario ha quedado en entredicho, lo que, para más inri, ha desembocado en la retirada de los Fondos de Ayudas Europeas para las Personas más Desfavorecidas (FEAD), por los que percibían en torno a 11.000 euros cada trimestre, que les permitían afrontar sus gastos. De este modo, estas ayudas europeas que recibían en Cartagena se derivan ahora hacia el Banco de Alimentos del Segura, ubicado en la ciudad de Murcia. Pese a ello, el presidente aclara que no se trata de ninguna cuestión territorial. «Es la propia Federación Española del Banco de Alimentos la que ha decidido retirarnos estos fondos, por temor a que nuestros problemas de viabilidad económica nos impidieran cumplir con nuestro cometido. Aquí Murcia no nos quita nada, sino que, en Cartagena, no hemos sabido ni querido defender lo nuestro», apunta García.

Y es que la directiva del Banco de Alimentos de Cartagena se lamenta de no haber contado con más apoyo institucional para no haber llegado a esta situación, aunque aún confía en obtenerlo para seguir existiendo. Enrique García agradece la ayuda del Ayuntamiento, que les da sendas subvenciones anuales de 6.000 euros cada una para transporte y para alimentos. «El problema es que es un dinero que nos vemos obligados a gastar en esos dos conceptos, pero no podemos usarlo para otros asuntos, como el pago del alquiler o de las facturas de la luz o el agua. Hemos intentado cambiarlo, porque nosotros no necesitamos ese dinero para alimentos, que nos llegan por muchos lados, pero no ha habido manera», comenta. El directivo añade que le han planteado la situación «límite» en la que se encuentran al Consistorio. «Nos dijeron que nos ayudarían, pero no hay nada concreto. En dos meses, dejamos la nave del polígono y no tenemos ni dinero ni un lugar en el que instalarnos, por lo tanto, tendremos que interrumpir nuestra actividad, al menos, hasta que demos con una solución», lamenta.

El Banco de Alimentos de Cartagena se denomina de la Región de Murcia porque fue el primero que se puso en marcha, en el año 1996, y ha sido el único de la Comunidad hasta que se constituyó el Banco de Alimentos del Segura, en Murcia, en 2012. En todo este tiempo, ha repartido millones de toneladas de alimentos a miles de familias de toda la Región. Pero, si nada lo impide, tendrá que dejar de hacerlo y todas las familias que se beneficiaban de su labor, pasarán a depender de sus 'hermanos' de Murcia.