La falta de mantenimiento de la escalera metálica de caracol que hay en la Muralla del Mar pone en peligro a turistas y vecinos. El problema, según denuncian los propios viandantes, reside en que el suelo de la escalera tiene varias de sus chapas sueltas. Así, comentan que, al estar levantadas, es fácil que alguien tropiece en ellas y acabe cayéndose por la escalera; que de por sí ya es complicada para subir, o bajar por ella. El Ayuntamiento de Cartagena informa al respecto que ya ha dado parte para que se repare, así que destaca que el arreglo se acometerá «en breve».

El lugar en cuestión es muy transitado por los turistas, ya que a través de esta escalera se salva el desnivel que hay entre el Paseo del Muelle Alfonso XII (donde llegan los cruceros) y la propia Muralla del Mar. Además, justo en la parte alta de esta estructura se inicia el camino hacia el Parque Torres. No obstante, los turistas tienen la opción de acceder a éste y al Castillo de la Concepción a través del ascensor panorámico de la calle Gisbert. Este elevador tiene un coste de 2 euros, aunque los pensionistas pagan la mitad de este importe. De todos modos, cabe destacar que en la escalera de caracol no hay ningún cartel que advierta del peligro de la misma, ni de ningún itinerario alternativo.

Precisamente, esta misma semana está previsto que desembarquen en Cartagena más de 20.000 viajeros, que vendrán a bordo de nueve cruceros. El primero de los buques llegará hoy, y el día de más afluencia será el viernes, que habrá triple escala.

En cuanto a la escalera, hay que resaltar que, a simple vista, se puede apreciar cómo la estructura que la sustenta necesita un lavado de cara, para frenar el deterioro al que ha estado expuesta por la intemperie. Un daño que se ha acrecentado por su proximidad al mar.

Un icono en decadencia

La escalera de caracol forma parte de la fachada marítima de la ciudad de Cartagena, y ha llegado a convertirse en un icono de la misma. Incluso, ha sido utilizada como localización en un anuncio publicitario emitido en televisión por una conocida franquicia de yogur helado.

Al margen de la escalera en sí, hay que señalar que el entorno de la misma también le suma atractivo a la zona. Allí se encuentra una gran luminaria azul con forma de arco, que sobresale de la propia muralla. Y en la parte inferior, la que da a la calle Gisbert, hay un mural con motivos marineros adornando el pequeño túnel. La singularidad del lugar hace que muchos turistas, sobre todo los más jóvenes, opten por compartir imágenes del mismo a sus perfiles de redes sociales. Si bien, la belleza queda mermada porque las pinturas están deterioradas.