Los usuarios del transporte urbano piden a la concesionaria Alsa que aumente las frecuencias de paso de forma «generalizada» de los autobuses que cubren las líneas que unen la ciudad con los barrios y, sobre todo, las que llegan a las diputaciones. Esta reivindicación parte de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cartagena y Comarca (Favcac), y también cuenta con el respaldo del Gobierno local, que lidera la alcaldesa socialista Ana Belén Castejón. La dirigente avanzó ayer que «se está estudiando incorporar nuevos autobuses dirección al hospital Santa Lucia, crear una línea entre Los Dolores y Santa Ana y aumentar la frecuencia en la zona Oeste».

Los viajeros consideran que el número de pasajeros «aumentaría» si hubiera más conexiones, y notan que ha habido un «bajón» en las frecuencias de paso de las líneas en los últimos años. Opinan que el servicio está «infrautilizado». La concesionaria defiende que no se puede multiplicar así porque sí el número de autobuses, ya que sería un malgasto de recursos y del propio servicio. No obstante, se muestra partidaria de ejecutar con sus propios medios un estudio sobre las necesidades de transporte en Cartagena, con el fin de adaptar los horarios de sus líneas a la demanda de los cartageneros. Alsa avanza que se vería la implantación de semáforos que den prioridad al bus y se analizaría con detalle los desplazamientos de trabajadores; algo similar a lo que ya se ha hecho en la línea 18 del hospital Santa Lucía, donde se tiene en cuenta las horas en las que los pacientes tienen cita médica. Precisamente, esta conexión es de las que más afluencia de público tiene.

Cabe resaltar que el servicio de transporte urbano aumentó su número de pasajeros en torno al 6% en los últimos tres años. En 2018, hubo alrededor 5.200.000 viajeros. Pese a estos datos ofrecidos por Alsa, la Federación Vecinal considera que el uso del transporte urbano no está siendo tan popular entre los ciudadanos como sucede en grandes capitales. Se muestra partidaria de que el estudio se amplíe a toda la movilidad de la ciudad, teniendo en cuenta también aspectos como la mejora de los carriles bici y la puesta en marcha del servicio municipal de préstamo de bicicletas, que cerró hace años. Además, los vecinos no descartan la posibilidad de crear un tranvía aprovechando la línea de tren que llega a Los Nietos. Una idea que la propia FEVE planteó hace casi una década, y que iba financiar el ente estatal con 30 millones de euros. Este tranvía podría unía el puerto, Mandarache y el Escudo.

Regreso del Icue Bus

Los comerciantes también muestran su punto de vista. Reclaman a Alsa que recupere la ruta originaria del Icue Bus, que transitaba por calles que son peatonales como Carmen o Santa Florentina. Las tiendas del casco histórico opinan que «pierden clientela porque el centro está vetado para las personas mayores o las que tienen movilidad reducida, al no haber transporte público». Por su parte, los empresarios de Cabezo Beaza sostienen que es necesario acometer una ampliación del número de paradas de autobús del polígono, que ahora es «insuficiente».

El Ayuntamiento avanza al respecto que quiere poner una nueva parada junto al hotel Posadas de España. Además, las compañías de Cabezo Beaza echan en falta marquesinas con banco para sentarse, ya que solo hay una en todo el polígono. El problema más acuciante de la falta de marquesinas se da en el parque comercial Mediterráneo. La parada se encuentra junto a la gasolinera de Carrefour, pero solo hay un cartel que la señaliza. Los viajeros tienen que esperar de pie, junto a la carretera. No obstante, muchos optan por sentarse en los bolardos antialunizaje que tienen los escaparates o en el propio mobiliario de la exposición de una tienda de muebles. Además, al caer la noche, la iluminación de la zona no es óptima, y es habitual que haya grandes aglomeraciones de gente esperando el autobús, sobre todo los fines de semana.

El edil de Infraestructuras, Juan Pedro Torralba (PSOE), avanza que está trabajando para solucionarlo. Al hilo de esto, tampoco hay ninguna marquesina en el hospital Santa Lucía, por lo que los pacientes tienen que esperar el transporte de pie o en bancos situados a varios metros de distancia.