Cada sábado, a primera hora de la mañana, los hornos del Museo del Vidrio de Cartagena (MAVI) se ponen en marcha para, a las once, abrir sus puertas a los ciudadanos y mostrar un arte histórico en la ciudad portuaria: el soplado del vidrio para confeccionar piezas artísticas de excelsa calidad. Así lo atestigua la historia de algunas de las piezas que se exhiben en el museo. Y, como no podía ser de otra forma, lo hace desde el barrio pesquero de Santa Lucía y de la mano de la Asociación Artesanal de Vidrieros. Allí se ubicaba la antigua fábrica de Santa Lucía, uno de los motores económicos de Cartagena en la segunda mitad del siglo XIX. Ahora, desde el museo, buscan que no se pierda la práctica.

Abierto en 2011, la sala expone casi 180 años de historia de la artesanía del vidrio en un intento de ser, además de espacio expositivo, un centro que divulgue las históricas técnicas de este arte. También un espacio que instruya a los interesados en mantener la tradición y revitalizar un gremio que situó a Cartagena en el mapa nacional e internacional de estas prácticas. Cuentan que tal fue la importancia de la factoría de Santa Lucía que, en 1862, la reina Isabel II acudió a visitarla con su hijo, quien fuera su sucesor como Alfonso XII.

El objetivo de su creación fue convertirse en la pieza clave que garantice el relevo generacional en un oficio centenario. Algo cada vez más complicado.

El museo, único en la Región, cuenta con dos espacios diferenciados que pueden recorrerse por un euro -dos si la visita incluye guía y demostración, para lo que hay que reservar con antelación en los teléfonos 679154036 y 968501069 o el email museodelvidriosantalucia@hotmail.com-. El horario de visitas es restringido, de jueves a sábados de 9.30 a 13.30 horas, según especifica el portal Murcia Turística, aunque es aconsejable ponerse en contacto con el centro para concretar cualquier visita.

En cuanto al recorrido, por un lado, una sala superior en la que se encuentra el grueso de la exposición de piezas y que abarca fechas desde mitad del siglo XIX hasta la actualidad. Se trata de una exposición con más de 200 piezas, distribuidas en 15 vitrinas en las que uno se puede perder entre trazos, colores, formas, composiciones de piezas de una delicadeza tal que solo mirarlas hace pensar que puedan resquebrajarse en cualquier momento.

En la planta baja, también incluida en las visitas, se encuentra la zona de trabajo, donde se llevan a cabo los cursos y las exhibiciones que muestran, paso a paso, cómo se crean estas piezas únicas. Allí, además de los hornos, hay todo tipo de herramientas de corte y talla para que los visitantes puedan descubrir el proceso de fabricación por el que pasa cada objeto desde el calentamiento en el horno, hasta llegar al soplado y coloreado, el enfriado, el corte y el tallado.

HORAS BAJAS

No obstante, pese a que todos los ciudadanos que acuden a las visitas salen del museo con una experiencia única ganada, la sala expositiva no pasa por su mejor momento. Tras unos primeros años en los que formaba parte del circuito básico de visitas en la ciudad, hace tiempo que parece algo olvidado. Así, hace poco más de un año, los gerentes actuales del museo estuvieron a punto de colgar el cartel de cerrado. Y es que, los gastos derivados de la actividad del centro debían ser asumidos por los propios gestores. De hecho, hablaban de unos 7.500 euros anuales en gastos de limpieza y reparaciones, sin ayuda municipal.

En 2015, con el cambio de Gobierno en la ciudad -PSOE y MC entraron en el Ejecutivo tras 20 años de Alcaldía del PP-, perdieron la ayuda municipal de 5.000 euros que recibían desde que en 2011 tomaron las riendas del museo los actuales gerentes. «Con esa ayuda y con los cursos que hacemos en las instalaciones podíamos cubrir gastos, aunque desde 2015 también se han visto reducidos los cursos y sin subvención no podemos», sostienen.

Una situación que ha llevado al Ayuntamiento a tomar cartas en el asunto. De hecho, el área de Servicios Municipales, liderada por Juan Pedro Torralba, anunció el pasado año que se había puesto manos a la obra para que el contrato de cesión de uso del edificio a los encargados del museo contemplara también los gastos de mantenimiento por parte del Consistorio. Una medida que, según cuentan desde el centro, aún no se ha puesto en marcha.

Ahora, la esperanza de los gerentes es que la idea de Servicios Municipales salga adelante, ya que, según cuentan, nada se ha hecho de momento.«Estaremos expectantes, ya que en otras ocasiones nos hemos reunido con el Ayuntamiento y nos han prometido mejoras que luego no han llegado», han lamentado desde el museo, mientras intentan que la tradición no se pierda.

Actividad Visitas de centros educativos y cursos formativos desde el barrio

Actividad Visitas de centros educativos y cursos formativos desde el barrioEl Museo del Vidrio (MUVI) de Cartagena, único en la Región, no solo es una sala expositiva donde pasear junto a piezas únicas. También es un espacio para aprender un oficio centenario a través de sus cursos.

Pese a que actualmente el número de programas formativos ha bajado, las visitas de centros educativos concertadas con la Comunidad siguen dando al museo un aire formativo que mantiene vivo uno de los objetivos que se marcó en su apertura: Ser una pieza clave que garantice el relevo generacional en el oficio.

Desde la Comunidad han creado dípticos para promocionar el museo, a través de la Dirección General de Comercio de la Consejería de Empresa.