La fachada de la iglesia de Santa María de Gracia contará con ladrillo visto. Así lo avanzó ayer el arquitecto del proyecto de recuperación del templo, Juan de Dios de la Hoz, en una rueda de prensa sobre los trabajos realizados hasta ahora en la iglesia. De hecho, el experto indicó que los técnicos de las obras plantearon a la Dirección General de Bienes Culturales la propuesta y el departamento regional dio su visto bueno.

El arquitecto afirmó que dado que la obra no se ha detenido y se continúa trabajando, en paralelo se está valorando la influencia que esta nueva propuesta pueda tener en el proyecto, si bien todas las partes involucradas -Ayuntamiento, Comunidad y Obispado- confían en poder concluir la obra antes de la Semana Santa de este año. Además, se confía en que no suponga un mayor coste de las obras o, al menos, que se pueda reducir al mínimo el incremento económico que pueda significar.

Así, sobre los trabajos ya realizados en la fachada, De la Hoz habló de la existencia de restos de la configuración original de gran parte de los muros, cornisas y algunas otras decoraciones, todas ellas ejecutadas en ladrillo visto. «Se trata de fábricas que, inequívocamente, se construyeron para quedar vistas», explicó. Y es que, al retirar el mortero que cubre el cien por cien de la fachada, se ha comprobado que por debajo existe una fábrica de ladrillo cara vista, pensada en su origen para mantenerse como acabado final. «Se trata de una configuración muy habitual a partir del siglo XVIII, cuando se construían muros ejecutados enteramente con ladrillo, a base de piezas enteras y mediadas en las caras exteriores e interiores», indicó el arquitecto.

Asimismo, la retirada de los morteros que cubrían la fachada deja a la vista estas piezas cerámicas de diferentes secciones, acabados y disposición constructiva. «Algunas de ellas son de gran tamaño y calidad y, aunque el recubrimiento las ha deteriorado, aún se aprecian muchos de los detalles y matices que estos muros, pilastras y cornisas tenían en origen», concretó.

De la Hoz mostró diversas imágenes de las catas realizadas, donde aparecen los ladrillos cerámicos de tejar (manuales), colocados perfectamente con aparejos de tizón o de soga y tizón, sin prácticamente llagas (junta vertical) y con unos tendeles (junta horizontal) muy bien ejecutados a base de punta de paleta biselada en su parte superior.

Asimismo, los trabajos han permitido ver que las juntas verticales de las llagas están un poco más abiertas y se aprecia perfectamente la huella de la paleta al efectuar el rejuntado rehundido en forma de triángulo. Además, todos los paños presentan un especial cuidado en la trabazón, para que las juntas verticales no coincidan en dos hiladas consecutivas, pero sí lo hagan en hiladas no consecutivas, dando como resultado una fábrica precisa y regular. Del igual forma, las pilastras, retropilastras, cornisas, arcos, sardineles, etc. están bien ejecutados, tanto en los casos enrasados respecto del plano de la fachada, como en los volados, o en los ladrillos moldurados.

Otro aspecto reseñable, según De la Hoz, es que se han descubierto las cuatro hornacinas existentes sobre el primer nivel del plinto de las pilastras, que por razones desconocidas fueron tabicadas a ras de la fábrica de fachada. «Al retirar estos tabiques, aparece el ladrillo visto, con las llagas y tendeles muy bien conservados e incluso con restos de la pátina rojiza que probablemente se aplicó a toda la fachada», señaló.