La Liga Rural de Campo de Cartagena lleva varios años reivindicando que se restauren los molinos de viento de la comarca, que atraviesan por un estado de abandono preocupante. Finalmente, la Concejalía de Patrimonio, con el edil David Martínez Noguera a la cabeza, se ha comprometido a atender estas demandas y arreglarlos, empezando por el más emblemático, el Molino Zabala. Esta máquina de moler cereal, ubicada en la Diputación de Perín y construida en el siglo XVII, lleva cuatro años inservible porque se rompieron los palos y las velas, aunque conserva toda su maquinaria en perfecto estado para la molienda, ya que fue restaurado en 1999 con fondos europeos. Eso sí, la falta de mantenimiento y el mal estado de las maderas provocaron que unos fuertes vientos lo desmantelaran en una de las demostraciones para turistas que han organizado los propietarios en los últimos tiempos.

No es la única obra de restauración que el concejal de Patrimonio tiene en mente. En declaraciones a este periódico, señala que desde que llegó al cargo, una de sus propuestas era empezar a hacer estas restauraciones, pero le ha llevado más tiempo de lo que pensaba para llegar a acuerdos con los propietarios y ejecutarlo todo de manera legal, siguiendo los trámites necesarios.

Lo primero fue elaborar una propuesta de rehabilitación asesorada por expertos, y contactar con carpinteros tradicionales que ya hubiesen trabajado en rehabilitaciones de molinos con anterioridad y conociesen el oficio. La intervención ha sido convenientemente autorizada por la Dirección General de Bienes Culturales de la CARM. Para su intervención también se ha llegado a un acuerdo de cesión de uso por parte de los propietarios, según apuntan desde el Ayuntamiento.

El concejal asegura que «la restauración del Molino Zabala va a durar muy poco tiempo». «Creemos que durante el mes de enero, estará terminado. Puede que surjan algunas complicaciones pero una vez empezado, no tardará mucho», afirma.

Los trabajos que se tienen que acometer suponen el desmontaje de los palos rotos y la guía, que también estaba fracturada, aunque con una reparación provisional. También se han montado los ocho palos nuevos, se han instalado nuevas cuñas, pletinas y zunchos y se han colocado ocho anillas punteras para los palos de sujeción de vientos y rolde. En una revisión interna se ha visto también la necesidad de dos costillas nuevas para la faja del freno. Finalmente, se van a colocar velas nuevas en los palos.

Según David Martínez, también se van a acometer reparaciones en otros dos molinos: el Molino de las Piedras, en Los Mateos, y el Molino del Monte Sacro, en el centro de la ciudad. Poco a poco, señala que su intención es atender «las reclamaciones de la liga rural», que apunta que hay más de 200 en mal estado en todo el municipio. «Creemos que se pueden recuperar con poco dinero». El siguiente que tienen programado restaurar es el Molino de la Corona, en Perín. A largo plazo, el plan pasa por organizar rutas para que la gente pueda ver cómo se utilizan e incluso hacer algún tipo de exposiciones.

En el caso del Molino de Las Piedras, apunta que los propios propietarios serán quienes gestionen su molino y les transmitan si hay alguna deficiencia. También explica que están intentando llegar a un acuerdo con el propietario del Molino de Pozo Estrecho, que «seguramente lo va a arreglar él, porque solo necesita algunas actuaciones, como el repintado, y el ajustar el eje, que se está venciendo».

Por lo pronto, está previsto que el molino Zabala vuelva a girar sus velas y a moler grano el próximo mes de enero, para regocijo de todos los amantes del patrimonio y para admiración de turistas y visitantes.