Los vecinos de la diputación cartagenera de Alumbres han vuelto a recuperar el espíritu reivindicativo que siempre ha caracterizado a esta pueblo de poco más de 3.000 habitantes. Este domingo van a realizar la quinta edición de su jornada 'Alumbres está que arde'. A través de esta iniciativa quieren concienciar sobre la necesidad de que las autoridades mejoren los controles medioambientales y de salud pública que se realizan para cuantificar las afecciones que tiene para la población la actividad industrial del valle de Escombreras. «No sabemos cómo nos está afectando la contaminación de las empresas que hay instaladas a pocos metros de nuestras casas y queremos que las administraciones nos den toda la información», comenta el presidente vecinal de Alumbres, Juan Zapata. Él también es miembro de la recién creada 'Plataforma Medioambiente de Alumbres', colectivo que está canalizando las preocupaciones de los vecinos y organiza el evento.

Así, tienen previsto arrancar la jornada dominical a las diez de la mañana con una charla de Ecologistas en Acción, que versará sobre el funcionamiento de las estaciones medidoras de la calidad del aire. Sobre este asunto, la plataforma expone que es necesario que se actualicen las casetas medidoras que hay en el pueblo, para que puedan cuantificar otras partículas, como el PM 5 ó el PM 2,5. «Ahora solo miden el PM 10, pero la producción industrial ha cambiado muchísimo en los últimos años», expone Zapata. La Comunidad defiende que «Alumbres es de las zonas más controladas de la Región». También destaca que en el presupuesto autonómico hay casi un millón de euros para acometer la actualización de las estaciones medidoras. Así, la Consejería de Medio Ambiente dice que se incrementan las partidas económicas. Esto repercute en la vigilancia y prevención atmosférica, el mantenimiento de estaciones (en las 8 estaciones fijas y las 2 unidades móviles que atienden las 6 zonas de evaluación de la Región), la modernización y ampliación de la red de vigilancia con la adquisición e instalación de nuevos analizadores, más captadores -especialmente en la zona de Cartagena-, y la puesta en marcha del proyecto de micro implantación. La Consejería también prevé la ampliación modular del sistema de modelización de calidad del aire 'Sinqlair,' que está permitiendo tener una medición en continuo de los principales puntos de inmisión.

Por otra parte, a las 11.00 horas del domingo habrá una concentración en el puente ferroviario que hay junto al campo de fútbol de El Secante. «Pasan a diario mercancías peligrosas y la vía está dividiendo al pueblo en dos. Es hora de que se desvíe el paso del tren», comenta el presidente vecinal. La Autoridad Portuaria de Cartagena, que ha invertido 65 millones de euros en proyectos ferroviarios como la variante de Camarillas, el acceso ferroviario a Escombreras y su estación de tren, destaca que, por petición expresa del presidente Joaquín Segado, se ha hecho cargo de los costes del estudio de la circunvalación ferroviaria de Alumbres. La plataforma asegura que lleva meses esperando la contestación del dirigente portuario. Segado se compromete a exponer las conclusiones a los vecinos. «En este estudio el Puerto tiene que decir cuánto costaría desviar el tren y si es viable», señala Zapata.

Además de estas exigencias, la plataforma demanda que se realicen estudios epidemiológicos en la población. «Sabemos que han aumentado los casos de cáncer a nivel en general hoy en día, pero desconocemos si en Alumbres ha habido un aumento significativo y si se ha podido deber a la actividad industrial», señala el portavoz vecinal. La Consejería de Salud sostiene que «el servicio autonómico de Epidemiología analiza todos los indicadores de salud a nivel regional para detectar posibles factores de riesgo, ante los que se actúa con estudios de diversa naturaleza, entre ellos los epidemiológicos».

Por último, los vecinos tienen previsto hacer un paella gigante el domingo, cuyo plato cuesta un euro, así como campeonatos deportivos y la lectura de un manifiesto con el fin de concienciar sobre los problemas medioambientales y de salud que padece un pueblo que está que arde.