Un total de 17 kilómetros de estanterías llenas de cartas náuticas, misivas, legajos, órdenes reales, libros de galeras, derroteros españoles y extranjeros, libros de navegación, astronomía, faros y almanaques náuticos. Son los fondos del Archivo Naval que pueden acabar en Madrid durante 10 años en su proceso de digitalización. Es el temor que tiene la Asociación de Memoria Histórica y que le expuso ayer a la presidenta de la Asamblea, Rosa Peñalver.

Y es que, el Ministerio de Defensa está llevando a cabo la digitalización de toda la documentación de sus archivos para adaptarse a la legislación. Así ha ocurrido ya en varias dependencias del territorio español y, según el presidente de la Asociación de Memoria Histórica, Bernardo Sánchez, «ya se está trabajando para que se lleve a cabo el proceso en el Archivo de Cartagena». El problema, según Sánchez, es que la digitalización se haga en Madrid, lo que supondría desplazar todos los documentos a la capital para el proceso, lo que supondría, debido a la cantidad de escritos que hay archivados en el Arsenal, que permanezcan entre 8 y 10 años fuera de Cartagena. «Sería fatídico para todas las investigaciones que se están llevando a cabo actualmente», afirmó el presidente de la Asociación. Por ello recurrió ayer a la presidenta de la Asamblea, para ganar apoyos a la reivindicación de que sea en Cartagena donde se lleve a cabo la digitalización de todos los documentos del archivo. «Tenemos los medios y sabemos cómo hacerlo», explicó Sánchez, quien recordó que otras ciudades como Bilbao o Castellón ya digitalizado sus fondos con éxito, sin necesidad de trasladar el material.

Según indicó Peñalver tras el encuentro, desde la Asamblea defenderán que el proceso se centre en la ciudad portuaria y así se lo hizo saber a la Asociación de Memoria Histórica. De hecho, la presidenta del Parlamento autonómico confesó que no conocía el estado del procedimiento, pero que se pondría al día e informaría al colectivo de los siguientes pasos para tratar de que los documentos del archivo, que abarcan desde el siglo XVII hasta la actualidad, no salgan de la ciudad.