Hace poco más de dos semanas, el Gobierno regional anunció que destinaría 48.400 euros para el Plan Director para la rehabilitación de la Iglesia de Santa María La Mayor, conocida como la Catedral Antigua. Así pues, la plataforma Virgen de la Caridad, que lleva 18 años reivindicando que ejecuten estos trabajos, decidió festejar el anuncio con un concierto de música sacra en la fachada de esta catedral. La plataforma señaló que fue un «evento de júbilo para celebrar que gracias a la unión de los cartageneros y al trabajo realizado» se ha conseguido que la Comunidad Autónoma se comprometa a recuperar este bien.

A pesar del ambiente festivo, la Plataforma Virgen de la Caridad mantiene la cautela, y reclama que se haga un estudio completo de todos los componentes. Señalan que quieren ver, en primer lugar, qué tipo de actuaciones se hacen, porque reclaman que la Catedral Antigua sea un lugar de culto, y que no se trate solo de convertirla en un museo. Además, solicitan que se haga un estudio completo, incluyendo todas las líneas maestras, para ejecutar el Plan Director anunciado por el Gobierno regional.

Aunque acudieron representantes de todos los partidos políticos con representación en el Ayuntamiento, la plataforma se queja de la ausencia del Obispado, propietario del templo, y apuntan que hay cierto «ocultismo», porque no responden a sus invitaciones y no les han trasladado ningún tipo de información al respecto.

Después de muchos años reivindicándolo, consideran que este éxito ha sido gracias al empuje ciudadano, pero advierten de que no piensan parar «cómo mínimo hasta saber qué se va a hacer». Esta moción en el Ayuntamiento de Cartagena fue respaldada por todos los grupos políticos, pero desde la Plataforma temen todo sea una maniobra electoralista para los próximos comicios municipales y autonómicos de mayo de 2019. «También hay otra vía abierta por parte del defensor del pueblo, que está pidiendo documentación a la Comunidad Autónoma», señalan. En cualquier caso, insisten en que les gustaría que hubiera más transparencia por parte de las distintas corporaciones y, por supuesto, del Obispado, que tiene la última palabra.