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El Refugio Interespecie de Marina García Martínez es uno de los proyectos que han presentado en los últimos días los estudiantes de la Escuela de Arquitectura de la UPCT como trabajo final de estudios. La alumna murciana ha ideado un centro comunitario de reinserción social y cuidado de animales abandonados.

«Las terapias con animales están cada día más en auge y pueden ayudar a reinsertar en la sociedad a personas en situación de exclusión, que vivirían en el centro a cambio de su trabajo en la granja», describe la estudiante de la Politécnica de Cartagena. «Ambos pueden ayudarse mutuamente, ¿por qué no combinarlos?», plantea la joven arquitecta.

Emplazado en la mota del río Segura, a la altura de La Azacaya, en el municipio de Murcia, y en solares parcialmente en desuso, el proyecto incluye funcionalidades complementarias para captar ingresos dando servicios a esta zona de viviendas diseminadas. «Es un entorno natural pero cercano a la ciudad», apunta la estudiante, que lo descubrió paseando a sus mascotas.

La finca de El Menjú, entre Cieza y Abarán, en el margen derecho del Segura, es una joya patrimonial abandonada que el estudiante de la UPCT Elías Tudela Martínez propone recuperar con un proyecto de centro deportivo y agroturístico con el que ha culminado el grado en Arquitectura.

El trabajo del alumno ciezano incluye recuperar los trazados históricos a través de la finca y mejorar sus comunicaciones con dos nuevos puentes, uno peatonal y otro para vehículos de servicio y emergencias, así como rehabilitar su muelle para que sirva de parada para las embarcaciones que realizan descensos por el río.

Corredor verde para coser la Huerta

El trabajo final de estudios del nuevo arquitecto por la UPCT Sergio Sáez Ruano proyecta un inmenso corredor que conecta las zonas de huerta al norte de la ciudad de Murcia para preservar el paisaje tradicional y promover itinerarios turísticos entre lugares tan emblemáticos como la noria de La Ñora, el palmeral de Santiago y Zaraiche y los castillos árabes de Monteagudo.

El proyecto urbanístico, que han dirigido los profesores Fernando García y Marcos Ros, plantea la creación de un camino rodeado de huertas, acequias y jardines a lo largo de los diez kilómetros que separan las pedanías de La Ñora y Monteagudo, recuperando el trazado de la Senda de Granada, el eje comercial por el que circuló la ruta de la seda murciana.

El estudiante del grado en Arquitectura de la UPCT propone «un corredor huertano para coser el municipio de este a oeste», para compaginar el crecimiento de la ciudad con la conservación del patrimonio natural y con la memoria de la importancia que ha tenido la Huerta para Murcia.