Manuel Hernández Pedreño (Alcantarilla, 1963), es profesor de Sociología en la Universidad de Murcia desde 1999. Es autor de una treintena libros y artículos sobre desigualdad, exclusión y políticas sociales, destacando la investigación sobre colectivos en desventaja social (inmigrantes, mujer, jóvenes, menores, personas sin hogar o personas con discapacidad). Desde 2005 es director del Observatorio de la Exclusión Social de la Universidad de Murcia.

¿Cuáles son las funciones del Observatorio de la Exclusión Social?

El OES nace en de 2005 por una iniciativa conjunta de la entonces Plataforma contra la exclusión social de Murcia (hoy EAPN) y un grupo de profesores de la Universidad de Murcia interesados en la investigación de los colectivos en desventaja social. Desarrolla tres funciones en colaboración con las entidades de apoyo social: investigar, formar y sensibilizar. Como entidad universitaria, prima la de dar a conocer la situación de los colectivos en riesgo social.

¿En qué ha consistido el estudio que han realizado en Cartagena?

La investigación tenía como objetivo conocer el perfil y la situación social de las personas que residen en Cartagena y tienen situación de exclusión residencial. Con fecha de referencia 24 de noviembre de 2016 se realizaron 611 encuestas a personas con diferentes cuatro grados de exclusión: viviendo en la calle o sin techo, residiendo en un recurso de alojamiento, en vivienda inadecuada o en vivienda insegura.

¿Por qué cree que son las mujeres españolas y los hombres extranjeros los dos perfiles más afectados por la exclusión residencial?

El riesgo social de exclusión varía enormemente según sexo, nacionalidad o situación residencial. Evidentemente las personas con mayor cúmulo de problemas sociales son las personas sin techo y las que menos las que están en vivienda insegura. El perfil de mujer española presenta mayores riesgos que el resto en tres dimensiones: educación, trabajo e ingresos; es un perfil asociado a la carencia de estudios, desempleo e ingresos mensuales inferiores a 400?. Ser hombre y extranjero supone acumular más desventajas que el resto en vivienda y participación; en vivienda, por su mayor presencia en las categorías sin techo e infravivienda; y en participación por carecer de empadronamiento o por ser de origen extracomunitario.

¿Cree que a nivel general se atiende bien este problema en nuestro país?

Muchas capitales de provincia realizan recuentos de exclusión residencial grave, aunque no con la profundidad con la que lo hacemos desde el OES en Murcia (2014 y 2016) o Cartagena (2016 y 2018). Cartagena es el primer municipio no capital de provincia que cuenta con este tipo de estudios, realizándose en mayor profundidad y abarcando mayores situaciones de exclusión residencial, en particular sobre la vivienda insegura, sin precedentes en España. Esto es posible por la gran colaboración con el OES del Ayuntamiento de Cartagena y todas las entidades de la EAPN que ofrecen apoyo en el municipio.

Cada vez vemos que la gentrificación está causando problemas de vivienda en ciudades como Barcelona o Madrid. ¿Cree que ese problema puede llegar a Cartagena en futuro próximo, al ser una ciudad muy turística?

La realidad económica de Cartagena ha cambiado mucho en la última década. Cada vez se posiciona más como ciudad turística. Este hecho es una evidente oportunidad de desarrollo económico en el sector servicios, generando una gran atracción para ciudadanos de otros municipios o regiones en busca de empleo. Este rápido crecimiento suele conllevar la llegada de nuevos colectivos que no absorbe el mercado laboral, siendo potencialmente nuevos usuarios de las entidades de apoyo social (públicas y privadas).

En la sociedad digitalizada que vivimos, donde muchos trámites administrativos se realizan por la red, ¿Internet debe ser considerado como una necesidad básica de un hogar?

Lo equiparo al agua o a la luz años atrás. Lo que llamamos brecha o exclusión digital incrementa el resto de factores de vulnerabilidad (desempleo, vivienda insegura, enfermedad,?). Hay servicios públicos gratuitos que intentan compensar dando acceso gratuito, pero no alcanzan a todo el mundo, desafortunadamente. Eso es un reto al que las instituciones educativas y el conjunto de la sociedad tiene que responder. Luego tendremos que poder decidir libremente si queremos desconectar, pero lo primero es universalizar el derecho humano básico a la información, que hoy significa tener un buen acceso a Internet.

Ustedes han realizado estudios de vivienda para otros ayuntamientos, ¿cómo valora la situación que tiene Cartagena?

Cada ciudad o municipio tiene sus propios grupos sociales vulnerables, derivados de su situación económica y también geográfica. Tanto Murcia como Cartagena, donde hemos realizado los estudios, cuentan con un gran volumen de recursos de apoyo social, de los cuales se nutren ciudadanos de municipios vecinos con menores recursos. En ambos casos se está viendo una respuesta rápida a las nuevas necesidades que presentan los colectivos afectados por la crisis o problemas personales.

¿Qué soluciones cree que se pueden aportar?

Bajo mi punto de vista los municipios, mediante servicios locales públicos y privados de las entidades del tercer sector están respondiendo muy bien a las situaciones de exclusión residencial; no obstante, considero que la responsabilidad no es municipal, sino regional o nacional. El derecho constitucional a la vivienda digna compete en primer lugar al Estado y las Autonomías deben adaptarlo a sus ciudadanos. Los ayuntamientos, como institución más cercana al ciudadano, deberían encargarse solo de la gestión de las ayudas nacionales y regionales que garanticen este derecho. En España aún nos falta mucho por avanzar y garantizar en este ámbito.

¿El chabolismo se ha erradicado en Cartagena?

Si echamos la vista atrás, se ha evolucionado muchísimo. No obstante, la reciente crisis económica-financiera ha supuesto cierto retraso en este sentido, como le ha pasado a un gran número de municipios que se contagiaron de la construcción incontrolada. Fruto de esta situación, en Cartagena no hemos detectado graves problemas de chabolismo, aunque sí de viviendas en varias zonas que no reúnen los requisitos de vivienda digna.