La hora de llevar a los niños a clase o de recogerlos se ha convertido en una pesadilla para muchos padres y madres del colegio San Vicente de Paúl de Cartagena, el de la Rambla. Pese a que este centro concertado escalona en dos turnos los horarios de entrada y salida de sus 1.700 alumnos, el «atasco» y el «colapso» está asegurado, según indica el presidente de la asociación de padres, Ampa, Juan Antonio Martínez. Según él, este problema viene derivado por la falta de aparcamiento en los aledaños, así como a las «grandes deficiencias estructurales y urbanísticas» que presenta la vía pública. Este «caos», según Martínez, pone en peligro la propia seguridad de los estudiantes y de las personas que transitan por la zona en las horas punta del día. Los jóvenes de Secundaria, Bachillerato y FP entran a las 8.15 horas y salen a las 14.15 horas, mientras que los de Infantil y Primaria comienzan las clases a las 9.00 horas y concluyen a las 14.00 horas.

Como solución, el Ampa reclama al Ayuntamiento de Cartagena que abra una salida en la calle Rambla de Benipila, ubicada de forma paralela al centro junto a este lecho, y también que se aprovechen terrenos colindantes para habilitar plazas de aparcamiento. «La gente estaciona el vehículo en esta calle ciega, que solo tiene una salida a la rotonda, lo cual deja un carril en medio libre para que los coches entren y salgan, haciendo casi imposible salir de ahí. Abrir una salida hacia Los Patojos aliviaría el tráfico. No sabemos si los terrenos son públicos o de algún particular. Pero, si son privados, que los expropie el Consistorio», señala el presidente del Ampa. Martínez también reclama más presencia policial en las entradas y salidas, ya que la considera «insuficiente», así como que se pongan semáforos y más pasos de peatones. Si bien, se queja de que la única medida municipal haya sido mandar el ´multacar´ de la Policía Local, para sancionar a los que estacionan mal. Igualmente, lamenta que «no hay forma de ir al colegio andando por la acera desde Cartagena o la Urbanización Mediterráneo».

La dirección del centro comparte algunas reivindicaciones del Ampa, como la de crear más pasos de peatones. Asimismo, reclama que se pongan más resaltos en las vías colindantes para que los coches reduzcan la velocidad.

El pasado 2 de julio, el Ampa pidió reunirse con la alcaldesa Ana Belén Castejón (PSOE). Han pasado tres meses y la regidora no les ha recibido. No obstante, el Consistorio informa de que el nuevo concejal de Seguridad, Manuel Mora, recibirá a los padres en cuanto tome posesión. Mientras, el Ayuntamiento pide «responsabilidad» a los padres, y que estacionen sus vehículos en las zonas de aparcamiento cercanas «para evitar situaciones de inseguridad». La dirección del centro recalca que tienen permiso de Eroski y de las dos gasolineras próximas para que se pueda aparcar allí, aunque pocos hacen uso de estos lugares. Suelen estacionar encima de las aceras, en el carril bici de Sebastián Feringán o incluso en una rotonda que hay frente al colegio. El centro pide «civismo» a los padres, ya que denuncia que hasta aparcan en zonas que cortan el paso a vehículos de emergencia, lo que podría impedir el acceso de una ambulancia si un alumno sufre un percance.