Alegría y tristeza, muchos colores y la pasión incondicional marcaron el último día de las fiestas de Carthagineses y Romanos. Ayer las tropas y las legiones se reunieron para vivir la jornada que puso fin, un año más, a la celebración y que comenzó con juegos de agua para los más pequeños. Cada legión, por su parte, también aprovechó el fin de fiestas para convivir y comer con todos los miembros. «Algunas hemos encargado pizzas y otras, paellas», reconocía el vocal de la Prensa de la Federación de Tropas y Legiones de las Fiestas, Pedro Vidal.

Ayer las actividades no cesaron y tampoco perdieron su esencia de lucha y enfrentamiento pasional, pese a ser el último día. De hecho, las peleas de 13 gladiadores en el circo volvieron a activar ese instinto propio de las fiestas de Carthaginenses y Romanos. Al acto asistieron unas 1.500 personas, según confirmó a LA OPINIÓN el presidente del Senado Romano, Pepe Moreno. «Ha sido maravilloso, muy dinámico y participativo».

Para acabar el día y despedir a las fiestas, que ya cuentan con su segundo año como internacionales, todos los participantes se reunieron a las 21.45 horas en su legión para, posteriormente, dar la vuelta a todo el campamento. Una vez realizado dicho paseo, ya no quedaba otra opción. ¡Había que apagar el fuego sagrado! Por último, los cartageneros disfrutaron de una gran exhibición de pirotecnia, con un castillo multicolor que iluminó todo el cielo de la ciudad, según la información disponible al cierre de esta edición.