La cartagenera Cristina López jamás se hubiera imaginado la sorpresa que escondía dentro la perra que adoptó este verano en la perrera municipal (CATAD). Al mes y medio de hacerse cargo de este animal, mestizo de Pointer, éste dio a luz a una docena de cachorros, de los que por el momento solo han sobrevivido la mitad, cinco machos y una hembra, a los que su dueña les busca familia. Este imprevisto ha obligado a la adoptante a gastar cerca de 1.300 euros para hacer frente a su perra Yuca y a los hijos de ésta. La mujer ha puesto una queja en Consumo por lo que considera una «mala praxis» de la perrera. Y reclama que este centro le desembolse el dinero. «He tendido que comprar pienso específico para cachorros, hacer una reforma en el patio que tenía a la perra -para separarla a ella y a sus cachorros de otros animales-, hacerle radiografías, etc», sostiene López.

La mujer comunicó la queja formal al CATAD semanas después de producirse el alumbramiento. Desde la perrera le han ofrecido hacerse cargo de los cachorros, pienso y la esterilización de su perra o la devolución de los 20 euros que pagó por esta operación. Sin embargo, López se niega a aceptar este ofrecimiento. Critica, además, que el pienso que le han ofrecido es de «mala calidad».

El responsable del CATAD, Daniel Cervantes, expone que el procedimiento habitual es entregar a los animales adultos castrados. Sin embargo, reconoce que ha habido un error en este caso. El proceso de esterilización de una hembra consiste en abrirla quirúrgicamente para quitarle los ovarios y el útero. El problema que hubo, según explican ambas partes, es que, al practicarle la esterilización a la perra, los veterinarios no detectaron ni el útero ni los ovarios en el interior de su cuerpo, por lo que consideraron que ya estaba castrada. Algo que, según Cervantes, se produce con «relativa frecuencia». Además, se dio el caso de que al realizarse esta operación, la perra sufrió complicaciones durante la misma y los veterinarios optaron por cerrar rápidamente la incisión, para evitar poner en riesgo al can.

"¿Mala praxis generalizada?"

Desde la perrera sostienen que a la mujer se le informó de esta situación antes de adoptar al animal, aunque la afectada señala que le dijeron que su perra había sido esterilizada correctamente. «Cuando me llevé el animal a mitad de julio estaría embarazada de unos días ya, no entiendo cómo los veterinarios del CATAD no se dieron cuenta de ello», indica López.

Por su parte, el responsable de esta instalación situada en la carretera de La Asomada recalca que es la primera vez que se le presenta un caso así. No obstante, el partido Ciudadanos, a través de su edil Manuel Padín, indican que «nos parece una información muy preocupante y esperamos que se trate de un caso puntual, que pueda explicarse por un error administrativo y que no sea un síntoma de una mala praxis generalizada». Además, el concejal naranja comenta que «aunque sea solo un caso puntual, nos pone en guardia y pediremos explicaciones al Gobierno local; si no recibimos respuesta pronto de lo que ha ocurrido llevaremos esta cuestión al próximo pleno municipal».