Un grupo de habitantes de la barriada cartagenera Virgen de la Caridad, conocida como Las 600, ya ha cogido los chalecos reflectantes de la guantera de sus coches para utilizarlos como uniforme en las patrullas vecinales que quieren sacar a la calle. Los residentes de este barrio «abandonado» por el Ayuntamiento sopesan llevar a cabo esta acción debido a la «escasa presencia policial» que denuncian que hay. Su intención es «frenar la oleada de robos y de ocupación ilegal de viviendas».

Más de un centenar de personas se reunieron el pasado miércoles en el local social de la asociación de vecinos para abordar esta problemática. En el encuentro tomaron la decisión de realizar una manifestación el viernes día 21 al mediodía en la plaza Cronista Casal. La protesta está respaldada por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cartagena y Comarca (Favcac). La Federación avanza que será la primera de las concentraciones que tienen previsto organizar en distintos barrios y diputaciones del municipio, «ante el incremento de la inseguridad ciudadana».

A la reunión vecinal estaba invitado el Gobierno local, pero los residentes lamentan que no acudió ningún edil del Ejecutivo de la alcaldesa Ana Belén Castejón (PSOE). A la cita solo asistieron representantes políticos de Cartagena Sí Se Puede (Podemos). «Avisamos a todos los partidos, excepto a MC Cartagena, que se nos olvidó», explica el presidente vecinal, Juan Gómez. Este portavoz del barrio cuenta que existen medio centenar de viviendas con okupas en zonas próximas al colegio público Stella Maris y a la plaza de los Derechos Humanos. Precisamente, en este último enclave, a finales de 2017, se produjo un doble crimen, el de 'Los Gasolinas', tras una disputa familiar.

«Este no es un barrio seguro, falta muchísima presencia policial. Así que los maleantes sienten que pueden hacer lo que quieran con total impunidad. En las casas próximas al colegio hay al menos una quincena de familias que se han dedicado a vigilar las casas propiedad de los bancos para entrar a la fuerza y vivir en ellas. Y nadie hace nada. Al final, esto acaba generando problemas de convivencia en el barrio. Se ha corrido la voz y vienen incluso de otras comunidades limítrofes», destaca Gómez. Los vecinos también indican que algunos de estos pisos son presuntamente utilizados por sus moradores como garitos de venta de droga.

Por otra parte, critican que es «muy frecuente» que se produzcan asaltos a personas mayores a plena luz del día. «Lo que más abunda son los tirones de bolsos y cadenas», subrayan. Pese a que los ladrones no se esconden, la asociación de vecinos considera necesario que se sustituya la iluminación viaria del barrio. Igualmente, reclaman que se instalen farolas con luz blanca, para disuadir a los malhechores, ya que las actuales ofrecen una iluminación de «poca intensidad».

Al margen del problema de inseguridad, que también denuncia Cartagena Sí Se Puede (Podemos), la formación morada advierte de que «hay graves problemas de atención social». Este partido de la oposición sostiene que «es más que evidente que el Gobierno local no ha hecho nada para solucionar la situación de abandono del barrio». Afirma que «Castejón está engañando a la gente, ya que en septiembre de 2017 y nuevamente en el pleno municipal de agosto pasado, se aprobó por unanimidad, con el voto del Gobierno, la necesidad de poner en marcha un plan integral de intervención sociocomunitaria en Las 600. El mismo engloba actuaciones en materia de vivienda, infraestructuras, atención social y seguridad. Es por ello que Cartagena Sí Se Puede considera «inadmisible» por parte del Ejecutivo de Castejón la «ausencia» de intervención social con las familias que sufren exclusión social. Al hilo de esto que desvela Podemos, la Federación Vecinal recalca que «Las 600 se está convirtiendo en un auténtico barrio gueto».