«Pagamos 1.200 euros al año de media por el amarre pero no nos dan ningún servicio a cambio», se quejan los usuarios del puerto deportivo. Exponen que pagan prácticamente lo mismo que en otros puertos de la Región, como el de Tomás Maestre, pero que no cuentan con los servicios que gozan los marinos en estos muelles.

Asimismo, dicen que la falta de vigilancia hace que muchas embarcaciones que vienen a pernoctar un par de noches no paguen ninguna tasa por hacer uso de esta infraestructura portuaria. «Es el único puerto del Mediterráneo en el que los barcos de tránsito no pagan ni un céntimo», afirman los dueños de los barcos con resignación.

«La dejadez de la administración es tremenda. La Comunidad Autónoma recauda alrededor de 300.000 euros al año con este puerto y no revierte nada del dinero que consigue en mejorarlo, ni tan siquiera en mantenerlo», exponen los perjudicados. La Dirección General de Puertos anunció en 2016 que sacaría a concurso la concesión de la explotación del puerto deportivo después del verano de ese año. Por el momento, no se ha hecho ningún movimiento en la administración para ello.