El principal dilema al que se enfrentan los dueños de los perros del municipio son las multas que puedan recibir por llevar a sus mascotas a playas que no están habilitadas para ello. Dejar que un animal se bañe en una playa que no está pensada con ese fin está considerado una infracción grave; el importe de la sanción podría ascender hasta 1.500 euros.

A pesar de ello, por el momento no existe ningún registro de multas por este motivo. Los propios socorristas que vigilan las playas de Cartagena apuntan que los bañistas son solidarios entre ellos y están sensibilizados con los animales, por lo que no han presenciado ningún altercado ni denuncia a las personas que acuden con sus mascotas a las zonas costeras.

El Ayuntamiento de Cartagena, por su parte, insiste en que se encuentra en plena búsqueda de lugares que puedan ser habilitados en un futuro próximo como playas para canes. No obstante, asegura que no está siendo una tarea fácil de llevar a cabo puesto que a pesar de que ellos proponen espacios hábiles para que se realicen las playas para perros, por encima de sus decisiones está la Ley de Costas, que no les deja seguir adelante con los proyectos.