Las ballenas ya se han dejado ver en las aguas costeras de la Región, camino del Atlántico. Aunque están de paso, su presencia resulta cada vez más habitual en las proximidades de Cabo de Palos y las Islas Hormigas. Son ejemplares de rorcual común, la segunda especie más grande después de la ballena azul, que han sido avistados hace un semana al sur de Calblanque. Pese a su gran tamaño, el rorcual nada a una gran velocidad y puede llegar a alcanzar los once o doce kilómetros por hora en sus desplazamientos hacia el sur del Mediterráneo. Además, en la costa alicantina se han captado este fin de semana imágenes del paso migratorio de las ballenas rorcuales, por lo que no sería extraño encontrarlas de nuevo estos días a su paso por el litoral de la Región.

La costa murciana forma parte de la ruta migratoria que sigue cada año este cetáceo en su desplazamiento desde el Mar de Liguria, situado entre la costa de Francia e Italia y la isla de Córcega.

En esta zona fronteriza del Mediterráneo hay una reserva, que es considerada «un santuario marino», según explicó Pedro García, director de Anse, quien hace una semana avistó a un grupo de unos cuatro ejemplares de rorcual común nadando al sur de Calblanque.

Según explicó el representante de la organización ecologista, la migración hacia el Atlántico se inicia a finales de primavera y dura hasta principios de verano. «Si hace unos años nos hubieran dicho que íbamos a ver ballenas nadando por la costa de la Región, no nos lo habríamos creído», apuntó Pedro García, quien no oculta su satisfacción ante la posibilidad de haber podido comprobar personalmente la presencia de uno de las ballenas de mayor tamaño.

El rorcual común es la segunda especie de ballena más grande, capaz de alcanzar los 23 o 25 metros de longitud, según indicó el representante de Anse.

Por su parte, la ballena azul, que es la mayor de todas, puede llegar a medir 30 metros y su población es importante en el Mediterráneo.

Pedro García añadió que estos cetáceos se desplazan a una gran velocidad, dado que pueden alcanzar entre «seis y siete nudos marinos, lo que equivale a unos once o doce kilómetros por hora».

Los guardacostas de la reserva marina del Cabo de Sant Antoni, en Alicante, han captado este fin de semana imágenes del paso migratorio de varias ballenas rorcuales, que también deben haber pasado costeando por el litoral estos días.

La temporada idónea para su avistamiento se localiza durante los meses de mayo y junio. Una vez en el Atlántico se les pierde la pista, y tampoco se sabe demasiado sobre la ruta de vuelta que utilizan.

No es la primera vez que Anse constata la presencia de este gigante marino, que a veces se acerca a la costa. Pedro García considera que la existencia de la reserva marina de Cabo de Palos y las Islas Hormigas puede haber contribuido a facilitar el acercamiento de estos cetáceos, aunque también reconoce que en estos momentos existen más facilidades para captar imágenes de los avistamientos que hace unos años.

Resta importancia a la decisión del Ministerio de Transición de Ecológica de dejar a la Región fuera del Corredor de Migración de Cetáceos del Mediterráneo, situado entre las costas de Cataluña y la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares, dado que la existencia de la reserva marina de Cabo de Palos y de otras figuras de protección garantiza unas condiciones adecuadas en este tramo costero.

El área que ahora ha quedado protegida es una franja continua de aguas marítimas de 46.385 kilómetros cuadrados de superficie y unos 85 kilómetros de anchura media. Estas aguas presentan un gran valor ecológico y constituyen un corredor de migración de cetáceos de vital importancia para la supervivencia de los cetáceos en el Mediterráneo Occidental.

El objetivo es proteger de los efectos que se asocian al ruido submarino a la gran diversidad de especies de cetáceos y tortugas marinas que usan la zona como paso migratorio hacia sus áreas de cría y alimentación en el norte del Mediterráneo, así como al resto de especies valiosas de este punto caliente de la biodiversidad mundial.

Para garantizar que no existe una merma del estado de conservación de la fauna marina se aprueba la aplicación de un régimen de protección preventiva, que establece la prohibición de usar sistemas activos destinados a la investigación geológica subterránea, tanto por medio de sondas, aire comprimido o explosiones controladas.

Descubren un centenar de delfines mulares en Cabo Tiñoso

Descubren un centenar de delfines mulares en Cabo TiñosoLas ballenas no son los únicos visitantes marinos que está recibiendo la costa este verano. Las aguas de la Región también se han convertido en el hábitat elegido por los delfines mulares y la tortuga boba, entre otras especies.

El portavoz de Anse, Pedro García, aseguraba que en los últimos días también se ha podido ver a un grupo de hasta un centenar de delfines mulares junto a Cabo Tiñoso (Cartagena), por lo que no oculta su alegría. Aunque reconoce que se trata de «un grupo ocasional», el representante de Anse mostraba su satisfacción ante la proliferación de vida que se está produciendo en los últimos años, gracias a la protección que ofrece la reserva de Cabo de Palos. Destacaba también la presencia de la tortuga boba y apuntaba la posibilidad de que dentro de poco pueda verse a esta especie depositar sus huevos en las playas de la Región, tal y como ha ocurrido en otros puntos de la costa alicantina.