Agentes de la Policía Nacional y de los Mossos d'Esquadra iniciaron ayer una operación conjunta, bajo requerimiento de la Fiscalía Anticorrupción, contra una de las mayores organizaciones criminales de origen armenio asentadas en España. Más de mil efectivos de ambos cuerpos policiales participaron en un operativo sin precedentes en el que se detuvo a 142 personas, una de ellas en Cartagena, y se practicaron 73 entradas y registros en inmuebles de la ciudad portuaria, Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Albacete y Elche.

Una investigación de dimensiones hasta ahora poco vistas en la Región y que cuenta con la colaboración de Interpol y Europol que han trasladado al país siete agentes y tres oficinas móviles instaladas en Barcelona, Valencia y Alicante para analizar todos los datos obtenidos en la operación policial.

La investigación se inicio a principios del pasado año 2016 a consecuencia del doble asesinato de dos ciudadanos georgianos vinculados a la organización criminal liderada por el 'ladrón en ley' Kakhaber Sushanshvili, creándose al efecto un equipo conjunto de investigación integrado por funcionarios de la Policía Nacional y de los Mossos d'Esquadra. Todo ello bajo la dirección del Juzgado de Instrucción número 2 de Terrassa (Barcelona), donde se iniciaron las diligencias, y la coordinación de la Fiscalía Especial Contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada.

A lo largo de esta investigación, se ha podido comprobar la existencia de una amplia organización criminal asentada en todo el territorio nacional de carácter internacional dedicada a una multitud de actividades delictivas, especialmente robos con fuerza en vehículos, trafico de drogas, contrabando de tabaco, corrupción en apuestas deportivas, entre otras.

Máximo rango de la organización

Vista la amplitud y el alcance de la organización, los agentes decidieron dividir la investigación en dos grandes fases. La primera se desarrolló el pasado 28 de noviembre de 2017 y se desarticuló un entramado criminal asociado a la organización criminal liderada por Sushanshvili. Se realizaron más de 30 detenidos de origen georgiano y 14 diligencias de entrada y registro de domicilios y empresas y establecimientos asociados a la organización.

La segunda fase es la que se inició ayer sobre la que es, a juicio de los investigadores, la mayor organización internacional de origen armenio asentada en España y Europa, íntimamente relacionada con el entramado criminal georgiano desarticulado a finales del 2017 y con amplios vínculos internacionales en Estados Unidos, Francia, Bélgica, Italia y Lituania. En ésta segunda fase la previsión de los agentes era detener a unas 142 personas, la mayoría de origen armenio y la práctica de 73 entradas y registros en domicilios, empresas y establecimientos comerciales. Entre los detenidos cabe destacar que se encuentran seis importantes líderes criminales catalogados con rango de Vor v Zakone o 'Ladrón en Ley', máximas autoridades criminales en los países que formaban la extinta Unión Soviética.

De forma simultánea, el juzgado procedió a la emisión de cinco órdenes internacionales de detención y entrega y al bloqueo de numerosas cuentas corrientes y el embargo de bienes muebles e inmuebles.

Los integrantes de esta organización criminal armenia se dividían en dos grandes facciones enfrentadas entre ellas y lideradas cada una de ellas por un 'ladrón en ley' de alto rango, quienes a su vez se erigían como jefes de otros líderes establecidos en diferentes provincias españolas y en países extranjeros.

Dichos líderes, junto con sus hombres de confianza, dirigían con mano de hierro a una multitud de miembros dedicados a distintas actividades delictivas, tales como el tráfico de drogas y armas, tráfico ilícito de vehículos sustraídos, robos en domicilios, contrabando de tabaco, receptación de joyería, corrupción en apuestas deportivas, sobornos o extorsiones.

Caja común de la organización

Parte de los beneficios obtenidos por estos clanes criminales eran aportados en forma de donación o impuesto a una caja común, denominada obschak. Los jefes mafiosos ordenaban amedrentar mediante agresiones a quienes no quisieran contribuir con la mencionada caja común, e incluso llegaron a ordenar la muerte de dos integrantes, hechos que fueron frustrados por los investigadores al incautar el arma de fuego que iba dirigida a tales efectos.

La red criminal contaba con la colaboración de otros líderes criminales asentados en diferentes países de Europa, quienes a su vez también recibían su sustento económico. Para llevar a cabo este flujo de capital ilícito, los miembros de la organización con cargos intermedios o superiores, utilizaban a integrantes de menor rango para recibir y enviar el dinero a través de empresas especializadas o hacer entrega en mano a los grandes líderes. A su vez, los diferentes jefes gestionaban el capital ilícito con el fin de realizar inversiones patrimoniales o compras de material subastado para venderlo en el extranjero y así blanquear los beneficios.