La llegada del verano y la entrada del calor ha hecho que caminar durante las horas centrales del día por las calles de Cartagena se haya convertido en una actividad sofocante y hasta poco recomendable para algunas personas. El hormigón y el alquitrán se han adueñado de una ciudad en la que cada vez hay más «escasez» de árboles que den sombra. Esto es lo que denuncian desde Ecologistas en Acción. La organización lamenta que, tal y como está concebida la ciudad, los árboles se han vuelto «incompatibles» con ella. Así, apunta que la gente se queja de que tapan la vista de los edificios, sus hojas ensucian, las raíces levantan el suelo; aunque advierte de que son «imprescindibles». Por eso, solicitan a las autoridades que en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana, que aún está por diseñarse, se tenga en cuenta la necesidad de desarrollar un entramado urbano que dé un mayor protagonismo a la vegetación frente al ladrillo y el asfalto.

El problema de la falta de sombra en el núcleo urbano se evidencia en zonas como el Ensanche, Mandarache y el Puerto. Precisamente, los usuarios de la nueva senda que conecta la ciudad con la playa de Cala Cortina, recientemente construida por la Autoridad Portuaria de Cartagena, se quejan de que no hay ni una sombra de la que protegerse del sol durante este trayecto. Así, los bañistas que se desplazan a pie a la playa caminan durante alrededor de media hora a pleno sol y a más de 30 grados de temperatura. Aunque se ha plantado arbolado en la senda, los viandantes lamentan que son desasido pequeños, por lo que sus ramas no les protegen del sol.

Pese a esta reclamación, Ecologistas en Acción se muestra a favor de optar por plantar ejemplares jóvenes en la ciudad, ya que afirma que la vegetación se adapta mejor a las condiciones climáticas del lugar que habita si se planta a edades tempranas. Por lo que desaconseja poner en la ciudad árboles longevos. Entre las especies más indicadas, teniendo en cuenta que deben estar en un entorno urbano, la organización se muestra partidaria de que se utilice un tipo de árbol denominado tipuana, originario de América Central. También ven como buena opción la apuesta por especies autóctonas como el algarrobo, aunque la emplazan a avenidas anchas o bulevares, donde hay mayor espacio para que sus ramas crezcan. Por ejemplo, en el municipio marmenorense de San Javier ya se han puesto algarrobos en algunas calles o entradas de urbanizaciones.

Ecologistas en Acción defiende que una buena colocación de la vegetación puede hacer que la temperatura de Cartagena baje hasta 10 grados y recalca que el problema de sombra se acrecenta en municipios del interior de la Región, donde no tienen la suerte de contar con la brisa del mar, que suaviza la temperatura, como ocurre en la ciudad portuaria. No obstante, concluyen que la alta insolación y la humedad hacen que el termómetro se dispare, sobre todo por las noches. Respecto al calor nocturno, la organización concluye que es debido a que al caer el sol, el asfalto y las estructuras de los edificios desprenden todo el calor acumulado durante el día; y alerta que el uso de aparatos de aire acondicionado durante prácticamente las 24 horas también eleva los grados.