Según informaron desde el departamento de Seguridad de la refinería de Repsol, el accidente consistió en la rotura de un depósito de vapor de agua con restos de hidrocarburos y algo de ácido sulfhídrico, de ahí el color amarillo de este humo. Entre la población y en redes sociales varias personas señalaron ayer que esta nube amarilla era azufre. En parte tenían razón, ya que el ácido sulfhídrico es uno de los componentes principales en el ciclo natural del azufre. Se da el caso de que el ácido sulfhídrico es extremadamente nocivo para la salud. Bastan 20-50 partes por millón (ppm) en el aire para causar un malestar agudo que conlleva a la asfixia y a la muerte por sobreexposición. Algunas personas se quejaron de que tenían picor en los ojos e irritación en la garganta.