El buque insignia de Salvamento Marítimo, el ´Clara Campoamor´, tiene su base en el puerto de Cartagena. Recientemente, el barco ha participado en unas maniobras coordinadas por la Armada sobre el rescate de un pesquero y de un submarino que se han desarrollado frente a la costa cartagenera.

Este barco es la principal fuerza con la que cuenta España para la lucha contra la contaminación, el salvamento y el rescate en el mar. Un auténtico coloso de 80 metros de eslora y 25.000 caballos de potencia. El ámbito de actuación de este buque botado en Alicante en 2008 es en principio el Mediterráneo, y cuenta con las más avanzadas tecnologías para hacer frente a una catástrofe marítima. Su capacidad es tal que puede auxiliar y remolcar cualquier petrolero que se pueda encontrar en apuros en su zona, gracias a una máquina con un enorme cable de acero de 1.300 metros de longitud y 78 milímetros de grosor. Un buque del que por ejemplo se carecía en 2002 cuando se produjo el desastre del ´Prestige´, y que tiene su gemelo en A Coruña, aunque con menores prestaciones.

Su capitán, Jesús Lanchares, destaca la capacidad de navegación de la embarcación y su posicionamiento dinámico, ya que está propulsado por cuatro motores diesel y dispone de una serie de hélices que le permiten el alta mar una precisión extraordinaria para quedarse ´parado´ en un punto, de 10 centímetros, que en caso de temporal de Fuerza 7 llega a ser de entre 1,5 y 2 metros, lo cual es vital para llevar a cabo con éxito un rescate.

Y dispone de medios para hacer frente a incendios en embarcaciones que estén situadas hasta una distancia de 160 metros y 70 metros de altura, dos grúas y ocho tanques con capacidad para 1.750 m3 de hidrocarburos procedentes de derrames o de embarcaciones siniestradas mediante una serie de conducciones y barreras, para evitar una catástrofe medioambiental.

El ´Clara Campoamor´ también cuenta con una campana de buceo húmeda y otra seca para intervenciones de los submarinistas, dos embarcaciones auxiliares, y una cubierta con capacidad para hasta 400 personas. Precisamente el pasado diciembre intervino en aguas de Cartagena en el auxilio de medio millar de inmigrantes que llegaron a Murcia en pateras, aunque su participación en este fenómeno que se triplicó el año pasado en las costas españolas es en un principio residual, ya que hay otras embarcaciones más adecuadas para esos rescates.

Su misión es la de luchar contra la contaminación y el salvamento de barcos en apuros, y su tripulación no puede alejarse del buque fondeado a más de 10 minutos por si hay que partir de urgencia. En ese tiempo tiene capacidad para estar saliendo por la bocana del puerto de la ciudad camino de una operación de salvamento. Habitualmente sus tareas son de aprendizaje y maniobras, aunque sus 14 tripulantes nunca saben cuándo su intervención puede ser vital para evitar una tragedia.