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Australia pospone la toma de decisión de la adjudicación del contrato para la construcción de nueve fragatas de guerra, al que optan los astilleros españoles de Navantia. Así lo anunciaron ayer desde la propia empresa pública, que se postula como la gran favorita para alzarse con este encargo por los costes más bajos frente a otros dos competidores y su experiencia en el país de Oceanía. El contrato está valorado en 22.375 millones de euros y Navantia compite con la británica BAE Systems y la italiana Fincatieri. La empresa española se muestra cauta, e incluso apunta que la opción británica también se posiciona como posible ganadora del contrato. A favor de ésta hay que tener en cuenta que Reino Unido y Australia son miembros de la Commonwealth.

Estaba previsto que este estado de Oceanía tomara una decisión esta semana para licitar el proyecto. Ayer se reunió el Comité de Seguridad Nacional del Consejo de Ministros de Australia para estudiar el asunto de las fragatas, pero pospuso su decisión final. Ahora, ni tan siquiera hay fecha fijada en el calendario para la emisión de un veredicto que decante la balanza hacia el lado español, británico o incluso italiano.

Una evolución de las F-100

El Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI) publicó un informe evaluando las distitnas ofertas. «El diseño de Navantia probablemente será el más eficiente de implementar en los astilleros de Australia debido a la similitud con los AWD (destructores antiaéreos) y es probable que sea la opción menos costosa, a menos que haya cambios significativos en el diseño para lograr ASW (antisubmarinos) de alto rendimiento», señaló el estudio. La ASPI destacó que «Navantia tiene las ventajas de la experiencia laboral del programa AWD de la clase ´Hobart´ y de haber asumido las lecciones de ese programa, además de haber integrado el sistema de combate Aegis en el diseño».También señaló las coincidencias en la cadena de suministro militar que tiene la empresa española con otros barcos de la Armada australiana. Estas nueve fragatas son una evolución de la serie española F-100.

Si Navantia se adjudica este contrato se verá beneficiada la factoría de Cartagena, donde está ubicada la fábrica de motores de la compañía pública. Si bien, desde los propios astilleros apuntan que los términos del contrato podrían suponer que las piezas se fabricasen íntegramente en Australia. Dicha circunstancia se negociará una vez que se adjudique el encargo, precisaron. De todos modos, también puede darse el caso de que se haga una construcción a caballo entre España y el país de Oceanía.