La falta de un nuevo Plan General de Ordenación Urbana -el que hay en vigor es de 1987- y el hecho de que aún no se hayan aplicado las normas transitorias para enmendar la normativa vigente ha hecho que Cartagena lleve sumida en una parálisis urbanística desde hace dos años, cuando el empresario Tomás Olivo ganó un pleito al Ayuntamiento en los tribunales a raíz del cual el Supremo ordenó la anulación del Plan Urbano aprobado en 2012. Esta situación ha hecho que se restrinja la promoción de obra nueva en el casco urbano de la ciudad, por lo que construir un edificio es casi «misión imposible», según los promotores. Aseguran que, al no poder ponerse un ladrillo, se ha reducido el número de casas a la venta, y, al no haber oferta, el precio para comprar y alquilar ha subido.

Las inmobiliarias calculan que el incremento es de hasta el 25% en obra nueva y que roza el 15% en viviendas de segunda mano. Estos porcentajes, según los profesionales del sector, se traducen en una subida del precio del metro cuadrado de entre 400 y 500 euros. Así, en una casa tipo de 80 metros cuadrados, el incremento oscila entre los 30.000 y 40.000 euros, dentro de un montante total aproximado de unos 150.000 euros. De todos modos, los expertos apuntan que el hecho de que la tipología familiar haya cambiado en los tiempos actuales, cada vez se tienen menos hijos e incluso hay familias monoparentales, hace que las casas que se van a proyectar tengan un tamaño más reducido. Por eso, aseveran que cada vez es más complicado vender una casa grande, porque los clientes no quieren tanto espacio.

Pedro Vidal, agente inmobiliario de Cartagena y vicepresidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de la Región de Murcia, hace una radiografía de la evolución del mercado en la ciudad portuaria. «En un escenario normal, con un Plan General, los precios no habrían subido tanto. La demanda comenzó a incrementarse tras el verano del año pasado y el subidón de precios ha sido ahora mismo. Antes de esto llevábamos seis años en los que le mercado no se movió casi nada. Ahora, la previsión es que el coste de la vivienda se mantenga en los niveles actuales durante los próximos tres o cuatro años», dice. Respecto al escenario que se producirá una vez que se desbloquee la parálisis urbanística y los promotores tengan más libertad para construir, Vidal avanza que «los precios se estabilizarán».

Así, el experto apunta que «no habrá una bajada significativa porque «el suelo urbanizable que hay disponible en la ciudad está monopolizado por cuatro grandes empresas, con gran estómago financiero». Por ejemplo, Olivo ya ha anunciado su intención de reactivar la construcción de 2.000 casas en los terrenos próximos al Cartagonova. Destacar que, entre las pocas promociones que se están levantando en la actualidad en el casco urbano, solo destacan dos solares en las proximidades del mercado de Santa Florentina y varios bloques de viviendas en la entrada a Tentegorra.

«En Cartagena se ha producido la tormenta perfecta. No hay Plan General. No hay seguridad jurídica para construir. Los bancos no dan financiación a los empresarios. Y, encima, el que tiene un solar edificable en el centro, tiene el riesgo de que haya restos arqueológicos y la burocracia se eternice», explica Miguel Martínez, presidente de la Asociación de Constructores de Cartagena. Precisamente, Martínez está construyendo dos bloques de viviendas en la calle del Parque, junto al Molinete. El promotor critica que lleva casi un año esperando que se resuelva el informe arqueológico, para empezar las obras, tras hallar allí restos antiguos.