Una madre de Cartagena, que también es enfermera en la UCI del Santa Lucía, ha denunciado públicamente a través de su perfil en Facebook que un otorrino de guardia no ha acudido a la urgencia de su hijo por estar en la playa.

Según la progenitora, su niño de cuatro años tenía una piedra en el interior de su oído. Por eso, acudió con él a Urgencias del hospital el pasado viernes. Allí, tras esperar una hora, relata que fue atendida por el pediatra, que trató, sin éxito, de sacarle la piedra aspirándola. Explica que al no poder sacársela, llamaron al otorrino que estaba de guardia localizada en su casa. Según la madre, «el especialista le dijo al pediatra que el hecho de que un niño tuviera una piedra alojada en el oído no era indicativo de atender esa misma tarde, por lo que podía esperar al día siguiente, para que él la viera».

La progenitora, al ser trabajadora del hospital, logró que un compañero suyo hablara con el jefe de Guardia del servicio. «Éste llamó al otorrino para que viniera a ver a mi hijo. El otorrino le dijo que no era un asunto de vida o muerte. la piedra por la noche ya no se veía a simple vista, estaba más profunda. Este hecho lo conocía el especialista y no le dio importancia», detalla la mujer.

Afortunadamente, al día siguiente, la madre volvió a Urgencias con su hijo y el otorrino le sacó la piedra; no obstante, según ella, «le costó bastante sacarla, puesto que se había movido y estaba más profunda».

Pese a que la urgencia acabó resolviéndose, la madre critica que «al otorrino le estaban pagando una guardia por estar en la playa y se negó a atender a un niño dos veces». Así, critica que este especialista «no tiene ética profesional ni empatía hacia los pacientes». Por todo lo expuesto, la madre reclama que se le abra un expediente al otorrino o que no le paguen la guardia de ese día. «¿Hay derecho a que un niño tenga un piedra en el oído más de 24 horas? ¿Hay derecho a que le estén pagando a un médico por estar en la playa y cuando lo llamen del hospital se niegue a ir?», concluye la madre del pequeño.

Por su parte, desde la dirección del hospital Santa Lucía defienden que la atención fue «correcta». Así, sostienen que «tener un cuerpo inerte en un conducto auditivo no supone una urgencia de asistencia inmediata porque está exenta de complicaciones derivadas del propio cuerpo o su localización». Además, defienden que «la extracción supuso la dificultad inherente a realizar la maniobra en un niño de 4 años». Por último, concluyen que estuvo presente la madre y no manifestó queja alguna, y tampoco consta ahora una reclamación oficial.

Lee a continuación la carta íntegra: