Los alumnos de la Escuela Infantil Pipiripao de Ciudad Jardín enterraron ayer una cápsula del tiempo. En ella, los niños de los diferentes cursos han guardado objetos, que después fueron sepultados para que permanezcan inalterables hasta dentro de 25 años, momento en el que se procederá a su recuperación cuando el centro festeje sus bodas de oro.

La actividad estuvo enmarcada en los actos de conmemoración por el XXV aniversario del centro público. De modo que la primera promoción de niños del Pipiripao ya tiene 25 años.

Niños, maestras, padres y exalumnos del Pipiripao introdujeron diferentes objetos, como fotografías, cartas, juguetes y libros en la 'caja mágica' que conforma la cápsula.

Durante la jornada, los niños, que portaban coronas de cumpleaños, soplaron las velas en dos tartas y también plantaron un naranjo en el jardín que simbolizará el paso del tiempo.