Los muros de la antigua cárcel de San Antón también deberán protegerse. Así lo recoge la resolución de la Dirección General de Bienes Culturales de la Comunidad que suma el perímetro a las cinco garitas y al pabellón de oficinas con el jardín de acceso de vehículos en la catalogación de bien inventariado sobre la prisión.

De esta forma, el departamento autonómico hace saber a los titulares del bien afectado -fue adquirido en subasta por el Hospital Perpetuo Socorro- que «deberán conservar, custodiar y proteger los bienes, asegurando su integridad y evitando su destrucción o deterioro». Asimismo, recuerda «la necesidad de solicitar autorización de esta Dirección General para cualquier intervención en el inmueble, con el objeto de asegurar la eficacia de la resolución definitiva que pudiera recaer». Y es que, el expediente no pone fin a la vía administrativa y contra la misma puede interponerse recurso de alzada ante la Consejería de Cultura.

La resolución también especifica que el muro exterior «podrá ser rebajado a su cota originaria, teniendo una o dos entradas suficientes para el acceso de vehículos, según las necesidades de la propiedad».

Justificación

El expediente de Bienes Culturales justifica la catalogación como bien inventariado destacando la singularidad del complejo, ya que está considerado como un ejemplo de arquitectura carcelaria a nivel nacional, gracias a su arquitecto Vicente Agustí; y se trata del único centro penitenciario construido durante la II República que existe en la Región. También se refleja la integridad de las instalaciones, ya que se conserva íntegramente y no ha sufrido cambios significativos, aunque sí que presenta daños estructurales.

Sobre su valor simbólico, la resolución autonómica indica que la cárcel fue inaugurada al comienzo de la Guerra Civil Española por milicianos y no por presos y «representa un momento de la historia de la ciudad de Cartagena de gran importancia conmemorativa para las generaciones presentes y futuras», señala el informe.

Además, el texto recalca que entre todas las cárceles que están protegidas en la Región, la prisión de Cartagena contribuye a conocer la evolución arquitectónica de los complejos penitenciarios. De igual forma, se destaca que en el barrio en el que se encuentra, San Antón, la cárcel es un referente arquitectónico y forma parte de la memoria de la población.

En cuanto a la conservación de las instalaciones, el expediente afirma que es irregular, ya que el pabellón de reclusos tiene «daños estructurales graves», mientras que el muro perimetral , las garitas y el pabellón de entrada se encuentra en condiciones «aceptables».

La última vez que la cárcel tuvo uso fue en enero de 2011, como sede de una actividad cultural organizada por al Consejería de Cultura, aunque tuvo que ser cancelada por motivos de seguridad debido a su mal estado de conservación. Desde Cartagena Sí Se Puede (CTSSP) insisten en que el Ayuntamiento debe hacer lo posible por recuperar el inmueble.