Los trece años que el submarino Tonina suma en el carenero de Navantia pueden estar cerca de su fin. Y es que, una moción en la Asamblea Regional pretende conseguir el apoyo suficiente para pedir al Gobierno autonómico que se siente en una mesa con el Ayuntamiento de Cartagena y el Ejecutivo de la Nación para convertir el sumergible en un museo flotante, lo que supondría acondicionar su interior para hacerlo visitable con el fin de convertirlo en un elemento de atracción turística de interés local y regional.

Es la propuesta lanzada por la diputada del grupo parlamentario popular Elena Ruiz Valderas. Según el texto que deberá debatirse en los próximos días en la cámara autonómica, Cartagena «es una realidad como destino turístico, algo que se constata con el aumento de turistas año tras año». Por ello, la diputada reclama «continuar buscando nichos de mercado» en este sentido y pone el foco sobre el «turismo histórico-militar».

De hecho, Ruiz Valderas habla del Arsenal Militar como astillero y base naval «de gran importancia», con una colección permanente de más de 3.000 fondos, que abarca la historia de la Armada desde la creación del Departamento Marítimo de Levante en 1728 hasta la actualidad. También destaca el Museo Naval y la sala Isaac Peral, con el submarino y su inventor como protagonistas.

Por ello, la diputada del PP cree que la recuperación del Tonina como museo flotante puede dar un impulso más al turismo en este sentido. Ruiz Valderas recuerda que la construcción de la clase S-60, a la que corresponde el sumergible, tuvo lugar entre 1968 y 1974. El Tonina, en sus 32 años de servicio, navegó 31.000 horas y recorrió más de 200.000 millas, siendo dado de baja en septiembre de 2005 y quedando a la espera de nuevo destino en Cartagena. Desde entonces se encuentra en las instalaciones de Navantia y son muchas las voces críticas que lamentan «el estado de abandono» al que se ha visto abocado.

La moción del grupo parlamentario popular recuerda que el Ayuntamiento estudió hacer un macroproyecto para ganarle una plaza al mar, poner el sumergible en tierra y convertirlo en museo, aunque «abandonó la idea». Asimismo, Ruiz Valderas pone como ejemplo el submarino S-61 Delfín, que se convirtió en 2004 en un museo flotante en Torrevieja, «siendo un revulsivo que en 10 años ha superado el millón de visitas», argumenta la diputada.

Ahora, los grupos parlamentarios estudiarán la propuesta y decidirán si le dan luz verde e instan a los Gobiernos central, regional y local a reunirse para llegar a algún acuerdo sobre el sumergible.

A la espera de presupuesto

Desde el Ayuntamiento, tal y como ya publicó LA OPINIÓN, insisten en que «no existe un proyecto definido», por lo que se están valorando todos los proyectos en los que invertir. Asimismo, fuentes del Gobierno local señalan que el hándicap con el que cuenta el Consistorio es el presupuestario. El Ejecutivo no dispone de las cuentas para el presente ejercicio y está atado de manos para distribuir el dinero. «Hasta que esté aprobado el presupuesto de 2018 no se puede hacer nada», afirman, y recuerdan que continúan «con importantes restricciones presupuestarias».

Entre los proyectos que se han barajado desde 2015 está un gran museo junto a la plaza Héroes de Cavite, diseñado por un alumno de la UPCT, o llevarlo a la antigua vía que discurre bajo el puente de Mompeán, en Santa Lucía.