Si algo consigue la gran festividad de Cartagena, es decir, el día de su patrona, es aunar en un mismo espacio a fieles y apasionados de todos los barrios y diputaciones de la ciudad con un mismo punto en común: honrar a la virgen.

La tradicional ofrenda floral dedicada a la Virgen de la Caridad arrancó ayer pasadas las cinco de la tarde desde la Plaza del Ayuntamiento, donde se reunieron asociaciones de vecinos de Torreciega, Santa Lucía, Los Mateos, San Félix, El Estrecho de San Ginés, Molinos Marfagones, Barriada San Cristóbal, Fuente Cubas, San José Obrero, San Francisco Javier de Los Barreros o La Azohía, entre otras.

También participaron otras entidades como la de Coros y Danzas de Los Dolores, Amigos del Monasterio San Ginés de la Jara, Asociación de Mujeres Cantares de Canteras, Grupo Folclórico Ciudad de Cartagena, Federación de Carthagineses y Romanos, Banda de Cornetas y Tambores de Jóvenes del Mar Menor o la Agrupación Musical Sauces.

Distintas generaciones

La gran mayoría de los miles de vecinos que se congregaron para venerar a la virgen iban ataviados con trajes típicos de cartagenero. Algunos de ellos, como Encarna, Flora y Mª Carmen, los portan desde hace ya 19 años: «Para nostras este es el día más grande del año, el único que nos ponemos el traje de cartagenera». Sostienen que les costó hacérselo «unos tres meses» y que también supuso «un gran coste monetario», aunque no sabrían decir cuánto implica ahora, puesto que, según señalaron, «todavía estábamos con las pesetas».

En la otra cara nos encontramos a Emma, de 5 años, y a su primo Alberto, de solo 7 meses, que se sumaron ayer a la festividad por primera vez. «Estamos improvisando, viviendo la experiencia a ver qué tal», comentaba la madre del bebé, que indicaba que los trajes también habían sido «hechos a mano, no comprados», durante «unos cuatro o cinco meses».

Acompañados de bandas de gaitas, cornetas y tambores, rondallas y cuadrillas del Campo de Cartagena, que posteriormente actuaron en la Basílica de la Caridad, el recorrido culminó con el gran manto floral alrededor de la patrona, que quedó envuelta con flores de distintos colores entre las que se repetían los claveles blanco, azul, rojo y rosa.