La Mesa de Contratación del Ayuntamiento mantiene abierto un nuevo proceso de adjudicación del servicio de conservación y mejora de jardines y arbolado para los años 2018 y 2019.

El contrato abarca unos 873.000 metros cuadrados de jardines y el presupuesto de licitación es de 9,75 millones de euros. Para el partido Ciudadanos (Cs),«la falta de inversión y de mantenimiento se ha unido a la desastrosa gestión del polémico contrato caducado desde el 1 de enero de 2013». La Asociación Española de Empresas de Parques y Jardines (Aseja) frenó en dos ocasiones el nuevo concurso público convocado por el Ayuntamiento para adjudicar el mantenimiento de los jardines. El Tribunal cuestionó el procedimiento de valoración de ofertas al puntuar la parte económica muy por encima de la técnica. Después negó la obligación de las empresas concurrentes de aportar una declaración responsable de no operar en paraísos fiscales, ya que no está incluido en la Ley de Contratos del Sector Público, de modo que el nuevo contrato no termina de arrancar, y, encima, según el portavoz de Cs, Manuel Padín, «el pliego suscita dudas a los trabajadores». Su formación apunta que «se necesita ya la ejecución del nuevo contrato, la ampliación de la plantilla y de las zonas de actuación para empezar a remontar este desastre».

Por su parte, el partido MC Cartagena, a través de su portavoz, José López, critica que «la adjudicación del completo contrato de jardines que elaboramos se está retrasando por las intromisiones políticas, por lo que está vigente un contrato obsoleto». Por último, añade que esta situación, unida a una climatología poco favorable, genera mala sensación en el aspecto de los jardines.

Por otra parte, Ciudadanos se ha reunido en varias ocasiones con miembros del Comité de Empresa de Parques y Jardines. En todos los encuentros, los trabajadores de este servicio han trasladado al concejal Padín su inquietud por la situación que actualmente viven los 80 operarios y sus familias por el estado del contrato. Según ellos, los trabajadores sienten «mucho desasosiego». Los empleados quieren tener la completa seguridad de que la mesa de contratación y el pliego de condiciones salvaguardarán la solvencia económica de la empresa ganadora, pero también su nivel de capacitación y experiencia en el sector. En resumen, temen quedarse sin cobrar o verse en el paro por falta de solvencia.