La situación de los molinos de viento en el Campo de Cartagena es crítica. Así lo denuncia la Liga Rural, que critica que durante los tres años de legislatura actual apenas se ha avanzando en la conservación de estos inmuebles, catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC) y, por lo tanto, con una protección que obliga a su mantenimiento. El presidente del colectivo, Pedro Esteban, afirma que «tras las elecciones de 2015 se nos dijo que se iba a actuar sobre los molinos, pero de momento no se ha hecho nada».

Y es que, la crítica que hace la Liga Rural a la situación es que estos inmuebles, si no reciben el cuidado y la conservación adecuados, «acabarán cayéndose y será mucho más complicado recuperarlos». De hecho, Esteban pone el ejemplo del molino de Zabala, el más antiguo de la Comarca -data del siglo XVIII- y al que hace dos años se le rompieron dos palos y así sigue.

«Era el único molino que aún seguía en condiciones de moler», destaca. También habla del molino de Jarapa, que se ubica en las proximidades de Molinos Marfagones, en la misma situación aunque la rotura de sus aspas es más reciente.

El presidente de la Liga Rural del Campo de Cartagena lamenta que todos los contactos que ha mantenido el colectivo con las concejalías de Turismo y Patrimonio en los últimos meses han servido «para saber que el Ayuntamiento tiene algún plan para los molinos, pero nunca han concretado nada más allá de recuperar algunos del centro de la ciudad, como el Molino de las Piedras -de hecho el viernes se dio el visto bueno para invertir 80.000 euros de la Comunidad en su restauración- o los del Molinete y Monte Sacro». «Nosotros preferimos que se inviertan pequeñas cantidades en la conservación de cuantos más molinos mejor, en vez de grandes presupuestos en rehabilitar solo uno», afirma. Además, añade que «parece que los únicos molinos sobe los que se va a actuar están en el entorno urbano, mientras que en barrios y diputaciones hay muchos que podrían servir incluso para reactivar el turismo y la economía en las poblaciones».

En este sentido, Esteban sostiene que el Ayuntamiento debe poner en marcha un plan decidido para conservar los molinos, dándoles un uso para que no vuelvan a deteriorarse. «Creemos que ceder su mantenimiento a alguna asociación o abrir la puerta a que posibles emprendedores desarrollen ideas de negocio en los molinos puede ser una forma de asegurar su conservación». El presidente de la Liga Rural habla de convertir las torres de algunos molinos en pequeños alojamientos rurales o incluso dotar a los inmuebles de una pequeña tienda anexa con venta de productos típicos. «Sería una forma de darle vida al molino y que no se quede cerrado para volver a caerse con el paso de los años», dice.

Un mal ejemplo

Y es que, Esteban habla con conocimiento de causa. Entre 1999 y 2002 se rehabilitaron cinco molinos de viento gracias a los fondos europeos recibidos. «Esos mismos ahora están casi derruidos porque no se han cuidado», lamenta. Lo ideal, según el presidente de la Liga Rural, es restaurar y contar con un plan posterior que establezca un uso y un mantenimiento; así como incluir en los presupuestos municipales una partida cada año dedicada a los molinos de viento.

«Sabemos que es complicado restaurarlos y más aún hacerlo con los más de 200 molinos que existen en el Campo de Cartagena, pero desde la asociación sí que aspiramos a evitar que se sigan cayendo los que peor están y eso solo se puede conseguir con inversión», explica Esteban, quien incluso abre la puerta para que se pueda ofrecer a las grandes empresas asentadas en la ciudad la posibilidad de formar parte de la recuperación de los molinos. «Se trata de compañías que también se involucran en la vida de la ciudad, a través de patrocinios y actividades, por lo que se podría hablar con ellas para dar un impulso a los molinos», afirma.

Finalmente, desde la Liga Rural también son partidarios de impulsar la inversión particular y privada en los molinos de viento a través de ayudas fiscales, como ocurre actualmente con los interesados en abrir un hotel en la ciudad, que cuentan con una rebaja del 50% en los impuestos.