El submarino Galerna (S-71) entró a finales de diciembre en los astilleros de Cartagena. Navantia tiene previsto realizarle al buque una gran carena, que consiste en una revisión total del barco.

Los trabajos durarán dos años y para ello se emplearán a 300 personas, tanto de Navantia como de empresas auxiliares. La inversión destinada por el Estado para esta tarea alcanza los 43 millones de euros. Así, el S-71 será desmontado por completo para revisar cada uno de sus rincones y equipos con el fin de alargar su vida útil cinco años más. En 2020 volverá a estar a disposición de la Armada como si se tratase de un kilómetro cero, apuntan desde los astilleros públicos. El sumergible alcanzará así su máximo de vida útil, 40 años. Por el momento, se estudia la posibilidad de que el Mistral (S-73) también pase por la gran carena una vez que se culmine la del Galerna. El otro buque, el Tramontana (S-74) pasó por los astilleros en 2016, mientras que el que falta de la serie, el Siroco (S-72) fue dado de baja por la Armada en el año 2012.

Los astilleros de Cartagena también realizan trabajos mayores en el barco militar marroquí Lieutenant Colonel Errahmani. Esta corbeta de escolta árabe llegó a la ciudad en octubre. El navío fue fabricado en los astilleros de Bazán en 1983. El barco es capaz de desplazar más de 1.500 toneladas de peso; tiene 88,8 metros de eslora y 10, 4 de manga. Se trata de una embarcación que ha sido buque insignia de la Marina Real de Marruecos hasta 2002, año en el que se incorporaron nuevas fragatas de la clase Floreal. El buque ha participado en numerosos ejercicios de forma conjunta con la US Navy americana, la Armada española o la Marine Nationale francesa, entre otros países aliados de la OTAN. Así, ha navegado por aguas del Mar Mediterráneo y del Océano Atlántico, entre otras.