En la película El hombre que mató a Liberty Valance, John Wayne y James Stewart eran los dos hombres por los que latía el corazón de una joven Vera Miles, que soñaba con ver una rosa, ya que el desértico clima del lejano oeste solo le permitía tener un jardín de cactus. La desolación de la mujer de este western también la sienten muchos cartageneros, que, a través de redes sociales, se han quejado en los últimos días por la tala de árboles en distintos puntos de la ciudad.

Operarios municipales talaron de urgencia el sábado tres grandes ficus, de los que se habían desprendido varias ramas días antes, en la antigua plaza Bastarreche, frente a la estación de la Feve. A esta poda que ha acabado con los árboles hay que sumarle la que esta semana se ha hecho en dos vías del barrio de Ciudad Jardín: las calles Félix Martí Alpera y Enrique Martínez Muñoz. Los vecinos de la zona critican que los árboles llevaban décadas sin podarse y desde el Ayuntamiento aseguran que esta treintena de chopos, una especie no apta para zonas urbanas, según la Administración, estaban secos por falta de agua. El área de Desarrollo Sostenible confirma que se encargará de reponer estas calles con otras especies, plantando incluso más árboles en las citadas vías, como se hizo en Príncipe de Asturias.

Cartagena se queda sin árboles. Por ello, el Ayuntamiento ha convocado hoy, a las 10.30 horas, a distintos colectivos vecinales y ecologistas para debatir un plan de reforestación que abarque a todo el municipio. De momento, la asociación CreeCT ya ha anunciado que busca plantar 4.000 árboles en el Castillo de los Moros, la Atalaya y Tentegorra. En este último paraje los pinos se han visto afectados por una plaga de procesionaria, que ha secado gran número de ellos.

Como solución al problema, los técnicos del Ayuntamiento quieren fijar hoy un calendario de actuación de forma conjunta con la Federación de Vecinos y entidades como CreeCT o la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE). Los ecologistas señalan que «Cartagena es muy pobre en arbolado de gran tamaño». Por eso, sostienen que la política municipal de jardines debe basarse en la conservación del arbolado de mayor valor, protegiendo los ejemplares del centro histórico, como pueden ser los ficus de la plaza San Francisco o de la Muralla. Además, proponen que se emplee flora autóctona en las zonas verdes ante las condiciones climatológicas y la falta de agua, tal y como hizo Vera Miles con su jardín de cactus en el film de John Ford.