No hay color entre una noticia publicada por un periodista profesional y la de un político que de la política hace su profesión. El periodista no se atreve a dar una noticia si no la tiene contrastada, pues en ello le va su puesto de trabajo y, sobre todo, la credibilidad, que es el activo más importante y la razón de ser de su profesión. El político lanza una noticia siguiendo las instrucciones de su partido, sin necesidad de contrastarla dado que solo tiene que obedecer si quiere conservar el sillón y no le importa si la noticia es falsa o no; ya tendrá tiempo de entonar el 'mea culpa' o de 'cargar el mochuelo' a cualquier funcionario.

Esta es mi opinión, que se puede o no compartir. Por eso, siempre que tengo posibilidad quiero dejar claro que sigo sin creer en los partidos; solo creo en las personas (que pueden ser políticos) que trabajan con honestidad, criterio, capaces de gestionar su cargo y cumplir con el compromiso adquirido. Sigo sin entender la política como profesión, dado que en la mayoría de los casos acaban sirviéndose del pueblo y no sirviendo al pueblo. Como diría nuestro Ilustre vecino Federico Trillo, «manda güevos» que un periodista descubra que desde altas esferas del partido en el Gobierno maquinan destinar el Hospital Naval como albergue para más de 6.000 inmigrantes en la zona más especial de nuestra ciudad en Tentegorra, y procuran hacerlo con alevosía, en pleno agosto, cuando todo el mundo anda pensando en las vacaciones a ver si así nos la 'cuelan' una vez más, de manera que cuando volvamos a la vida real ya esté hecho. Pero vuelvo a la razón de ser de este mi artículo de opinión. Esta vez les sale el tiro por la culata y las redes sociales arden de indignación.

Una vez que los periodistas de Cartagena publican datos concretos que les dejan con las vergüenzas al aire, donde antes solo había negación de esas gestiones en las que participaba el ministro Zoido, ahora admiten que sí que las ha habido e, incluso, se ha inspeccionado el Hospital y que no reúne las condiciones idóneas para un CETI. ¡Ya no nos fiamos, señores políticos! A esto es a lo que yo me refería con aquello de la servidumbre sin importarles el impacto negativo que pudiera tener en el futuro cultural y turístico de la trimilenaria Cartagena.

LA OPINIÓN publicó el pasado día 3 una información que decía que el puerto ha registrado un aumento del 50% de cruceristas en el primer semestre del año y que está entre los mejores destinos del Mediterráneo. Si pretenden volar por los aires el futuro de Cartagena ¡sigan adelante con el proyecto Naval, que ustedes son los que mandan! Pero mucho me temo que esta puede ser la gota que colme el vaso. Cartagena no se merece esa puñalada y los cartageneros ya estamos hartos de los globos sonda para ver si aquí tragamos, en cuyo caso seguir adelante. ¡Ah! por cierto, la cárcel vieja de Murcia también podría dar cobertura a los inmigrantes y me parece que no tiene aluminosis.